Esta semana celebramos el Día Internacional de la Mujer, normalmente se aprovecha la fecha para difundir datos relevantes en cuanto a diferencia salarial, víctimas de la violencia machista... Este año tenemos datos muy importantes por su impacto.
Hace unos días, la agencia de la UE para los derechos fundamentales, publicó un informe elaborado tras encuestar a 42000 mujeres europeas, de entre 18 y 74 años. Los datos más impactantes, para mí, son que el 33% de las mujeres han sido víctimas de acoso sexual o violencia machista entre los 15 años y la fecha actual. Concretamente el 25% sufrió alguno de estos episodios hace más de 12 meses y el 8% lo ha sufrido en el último año. Ese es un dato pavoroso. Pero más pavoroso es saber que el 5% de las mujeres europeas han sido violadas, han oído bien, el 5%.
Otro de los apartados de este macro informe dice que, no todo va a ser terrible, en España entre el 10 y 19% de las mujeres han sufrido acoso, violencia o similar. Y digo que no todo va a ser terrible porque somos uno de los países de la Unión Europea con menor porcentaje de mujeres afectadas por estas formas de machismo.
Aunque el dato es escasamente positivo, quiero que quede claro que no podemos vivir en el drama permanente ni estar llorando por las esquinas, lo suyo es que hagamos algo por mejorar y no nos podemos dormir en la autocompasión. Aún hay quien prefiere vivir del victimismo que pasar a una lucha activa, contra un problema que no va a desaparecer por sí solo. Me viene a la memoria lo que decía, a colación de este informe, Lucía Etxeberría, en el programa Julia en la Onda, y que se resistía a creer que España fuera de los países con menor porcentaje de mujeres vejadas. Decía esta señora que "en el norte de Europa se denuncia más el maltrato que aquí". Yo no lo pongo en duda. Pero el informe se basa en la respuesta de 42000 mujeres, no en denuncias, y es un dato lo suficientemente contundente como para tomarlo a la ligera o menospreciarlo; a esas mujeres que han participado en la encuesta no podemos ni ignorarlas ni usar los resultados a nuestro antojo.
Se nota que las elecciones europeas están cerca y sé habrá quien esté dispuesto a apretar, contra mí, el gatillo de lo políticamente incorrecto y acusarme de muchas cosas, pero las mujeres no son tontas y no pueden ser engañadas constantemente en base a intereses de ninguna clase. Y menos políticos.
Van a comprender lo que digo. El pasado miércoles, Puri Causapié, Secretaria de Igualdad del PSOE, dio una rueda de prensa y habló de este documento. Allí dijo que "la UE debe intervenir" ante los datos de este “gravísimo” informe. Se habrá quedado a gusto. Pensará que con esto ya ha ganado votos. Mire usted, señora Causapié, no creo que la UE haya gastado tiempo, esfuerzo y dinero en hacer este informe para nada. Lógicamente se busca tener datos para comparar, analizar las políticas de distintos países en esta materia y optar por las mejores soluciones. No nos quiera hacer creer que, si usted no dice semejante obviedad, Europa no haría nada. Pero sobre todo, no nos haga creer que su rueda de prensa tiene otro objetivo que la cercanía de las elecciones al parlamento europeo.
Uno de los mayores problemas que tiene la mujer es que ha sido engañada repetidamente. La solución está en la educación y no en la demagogia. Tuvimos un Gobierno que mintió a la mujer, diciéndole que la libertad sexual era la promiscuidad sin consecuencias. Y para que pareciera creíble ofrecía pildoritas del día después a tutiplén y aborto libre a espaldas de los padres. Eso es mentir con malicia. A la mujer le han dicho que su libertad en el sexo pasa por tener la moral sexual masculina, pero nadie les ha recordado que el hombre no queda embarazado ni que su cuerpo sufre los cambios. Nadie les ha recordado que su vida puede cambiar para siempre o que pueden tener que tomar una decisión que pese en su conciencia durante toda su vida.
Ahora tenemos un Gobierno que pretende castigarlas por haberse creído las mentiras del anterior ejecutivo, pero nadie se ha planteado educar en responsabilidad.
El problema de la mujer se viene fraguando desde hace generaciones; siempre viviendo bajo el yugo de hacerlas sentir inferiores, de convencerlas de que para ser más, necesitan tener lo mismo que tiene el hombre. Sólo ha faltado exigirles, con feminismo descerebrado, que orinasen de pie. La igualdad de la mujer reside en el hecho de que la vida, con las diferencias que establece la biología entre ambos sexos, sea igual de justa para ella de lo que es para el hombre. Y eso no quiere decir que tengan que cometer los mismos errores que mi género. Estamos aquí para proclamar nuestro convencimiento de la igualdad de la mujer y que vamos a luchar por conseguirla, no para seguir diciendo “sois débiles y por eso os apoyamos”.
El otro día, al acabar Herrera en la Onda, Rosana Güiza dio el dato de un estudio científico, que afirma que la mujer tiene más facilidad para soportar el dolor. Eso no quiere decir que tengamos que provocárselo.
Señoras, feliz Día Internacional de la Mujer. Pero sepan que su igualdad habrá llegado cuando no necesitemos este día.
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