El verano 2014 ha presentado sus credenciales y no me sacan del hastío, aunque tengo que reconocer que algunas me divierten, otras me emocionan, otras me indignan… Hacia finales de julio me sumaré a la aventura radiofónica que propone Javier Ruiz, en Onda Cero, e intentaremos poner En Marcha a toda España – a toda aquella pegada a la radio-, en la frontera que funde madrugada y mañana. El culebrón del verano, que siempre hay alguno, empieza a tomar forma y tiene muchas caras, muchas historias, muchas vergüenzas.
Para cuando llegue el momento, habrá terminado el mundial de Brasil. Si por fortuna, hemos olvidado la estrepitosa derrota de los anfitriones y los muchos altercados que ha provocado, me daré por satisfecho. Los que amamos el fútbol, pero dormimos con nuestra pareja, tenemos claro que los 90 minutos de un partido dan para alguna alegría y alguna decepción, pero no para encender ni una cerilla.
Para entonces también habrán terminado los encierros de San Fermín, de hecho les queda un suspiro (hoy es viernes). Si me dieran a elegir, pediría que no hubiera ni una víctima. Y habría pedido que no hubiera nada que empañara la fiesta, pero eso va a ser complicado a estas alturas. Más que nada porque hemos cambiado los “toqueteos” a la guiri beoda y despistada, por el exhibicionismo a cambio de regalo. Una tradición importada del Mardi Gras, el carnaval de Nueva Orleans, y que no nos hace mucho favor. La tradición estadounidense dice que las chicas le enseñan los pechos a la gente, para que les den un trago de whisky o les arrojen un collar. ¿De perlas? No, de plástico, que no hace pelotillas. Aquí todavía lo hemos encutrecido más, las chicas muestran sus atributos para que les den sangría o calimocho o sidra o agua de fregar los platos.Pero lo de Pamplona se queda en nada si echamos un vistazo a Mallorca. Allí, también los amados turistas, nos han traído un nuevo “atractivo” para las noches de ocio. Ya me imagino a esas chicas británicas y teutonas, cuando regresena su país y narren sus relaxingnights en los pubs españoles:
- ¿Y qué hiciste?
- Me emborraché y me metí en la boca tanto pene como había en el local, para que me dieran un chupito.
- ¿Un chupito? ¿Eso qué es, un coche, un piso, una joya, qué?
- No, es… Es que igual soy tonta.
Pues va a ser que sí. Al que se le ocurrió la idea es para nombrarlo estúpido del año. Y a la que dijo “¡yo juegoooo!”, habría que pedirle que no volviera a abrir la boca. Nunca. Que en boca cerrada no entran moscas. Y sí, ya sé que había un dicho alterativo que aquí vendría al pelo, pero me resisto.
No nos damos cuenta de lo peligroso que es esto para nuestro país, para nuestra imagen y para la calidad de nuestro turismo. Estamos en la antesala de convertirnos en un destino de turismo sexual y de ahí a la trata de blancas, el aumento exponencial de los delitos sexuales y otras lindezas, no hay más que un paso. Yo no tengo pensado visitar Mallorca este verano, pero el día de mañana, cuando vuelva por allí, estoy seguro de que no me voy a sentir cómodo en un pub. Y cuando estoy incómodo no disfruto. Y en un pub, si no disfruto, me entra sueño. Y cualquiera bosteza en un pub mallorquín; conmigo que no cuenten. Yo, que además soy de vejiga tímida, entraría en psicosis si tengo que orinar en uno de esos locales.
Alfonso Guerra tenía razón, a España no la conoce ya ni la madre que la parió. Bueno, a la selección de Brasil tampoco, pero eso me preocupa menos. Y por cierto, ahora que vuelvo al tema fútbol; les voy a contar una curiosidad numérico-futbolística. En este orden, se lesionó el 10 de Brasil, que se perdió la semifinal; después falleció el eterno 9 argentino (adiós, D. Alfredo Di Stefano), país que sí estará en la final. En el partido entre Brasil y Alemania se marcaron 8 goles, 7 de los cuales los encajó el país anfitrión. Curiosamente esas dos selecciones son las únicas que han disputado 7 finales (Brasil sólo perdió 2, mientras que Alemania ganó 3 y perdió 4). La otra semifinal, el Argentina - Holanda, se marcaron 6 goles y terminó 4-2, a los penaltis. Pues bien, Holanda ha jugado 3 finales y no ha ganado ninguna, pero Argentina ha jugado 4 y ha ganado 2. La final de esta ocasión, Alemania – Argentina, es la que más veces se ha dado –3 con esta- y, de momento, cada uno ha ganado 1 vez. En estos datos van a encontrar los números del 1 al 10, miren el párrafo anterior y lo verán.
Ya sé, que no figura el 5, al menos explícito, pero estando como está el turismo en España, ¿creen que es conveniente preguntar por un número con rima?
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