Hace unas semanas decidí tomarme un tiempo de reflexión. Ver y escuchar la actualidad provoca que las ideas reposen y puedas verlo todo con más claridad. No voy a centrarme en las encuestas, ya sean privadas o públicas, que dan un aumento de la derecha y la ultraderecha. Miraré a la composición actual del Congreso. Es cierto que el Gobierno está conformado por dos partidos de izquierdas con apoyos externos. Pero la realidad es que la composición de la Cámara actualmente es de derechas. Que no han formado gobierno porque hay intereses contrapuestos entre ellos. Las derechas nacionalistas e independentistas tienen líneas rojas con la extrema derecha nacional y viceversa. Sin embargo en las votaciones parlamentarias se puede ver claramente reflejado que los intereses son los mismos. Favorecer a los privilegiados en detrimento de las clases populares.
Los partidos de Gobierno ven como la popularidad y el porcentaje de voto siguen una línea descendente, no tanto por los hechos sino por inacción. Las capas sociales preocupadas por llegar a final de mes ven que muchas de sus necesidades básicas no se ven cumplidas.
En la época de los recortes la sociedad puso su corazón y esperanza en los partidos de izquierdas. Invertir en sanidad y educación pública, garantizar el acceso a una vivienda digna, una cobertura social saludable y una sociedad que de las mismas oportunidades a todas las personas, sin importar el lugar de nacimiento o el entorno.
El miedo a llevar a cabo reformas estructurales ha provocado que mucha parte del electorado de izquierda se haya desencantado y quedado, o se vaya a quedar, en casa. Intervenir el mercado de la vivienda, invertir en sanidad y educación pública, así como intervenir el mercado especulativo de algunos productos de primera necesidad, o recursos energéticos, es de vital importancia para movilizar al electorado de izquierdas.
Ya hemos visto y sentido que cuando gobierna la derecha no tienen reparo en apostar por la sanidad y educación privada mientras recortan la pública. Así como la llegada de fondos buitres para el control de pisos de protección oficial que asfixian económicamente a los inquilinos y provoca el beneficio de unos pocos en detrimento de la mayoría.
Quizás sea impopular y se correrán ríos de tintas, se harán horas de tertulias criticando las medidas, pero da igual. Si las clases populares ven que su vida mejora no querrán un cambio. Da igual lo que se diga en el programa de Ana rosa, Herrera, determinados pseudo medios, la gente que los ve, escucha o lee no votarán a la izquierda que más da.
Vemos como no se habla de los contratos de la Xunta con familiares de Feijóo, no vemos tertulias sobre los contratos para la reconstrucción de la DANA con empresas ligadas a la etapa más oscura de los populares, no se habla del dinero que se destina desde el gobierno de la comunidad de Madrid a medios… sólo se analiza al Gobierno central. Bueno en definitiva no se analiza, se persigue, para tapar y callar respecto a otros actores que cuentan con el beneplácito de una parta parte de la prensa, el miedo de otra parte y por supuesto el apoyo de “organizaciones ultras” que encuentran una autovía para llegar a los juzgados, mientras los mismos casos en otros partidos ni son noticia ni son llevadas a los juzgados.
Estos días me acuerdo del caso de Demetrio Madrid. Todavía no le ha pedido nadie perdón. Creemos que existe la democracia plena, pero cada vez que gobierna la izquierda los poderes fácticos desempolvan las artimañas de antaño, por eso este Gobierno tiene que tener valor frente a esos poderes y por supuesto tener un equipo de asesores sólo para intervenir públicamente para pintar la cara a la prensa amarilla, que va de seria, que son fuertes con los débiles pero sumisos ante los poderosos.
Mientras tanto aquellos medios que hoy pasean a Aldama, en su día callaron con lo de Bárcenas. ¿Ven como ellos no se cortan? La derecha siempre acusa, enfanga y/o pega, luego si se equivoca se hacen los suecos y a otra cosa.
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