Por diversos motivos, a veces hay que dejar pasar el tiempo para analizar con perspectiva. Cuando comenzaron a salir los diversos casos de presunta corrupción por la compra de mascarillas u otros materiales sanitarios en la pandemia decidí alejarme de mi columna. Primero fue el caso Koldo, luego el novio de Ayuso, ahora se señala a Bendodo. La llegada del antiguo consejero de sanidad de Andalucía, a una empresa que trabajó con la Consejería engorda la vergüenza junto con los diferentes ministerios o presidencias de comunidades en el punto de mira dibujan un panorama triste.
No es tristeza lo que siente la sociedad, sino desazón y desilusión. No bastando sólo con la vergüenza social, que esto está suponiendo, se añaden los diferentes escándalos en la Federación de Fútbol. Si sumamos todo el mensaje que recibe la sociedad es que la llegada a diferentes cargos sólo tienen como objetivo, presuntamente delinquir. Esto no sólo debería suponer una nueva “Transición”, sino la apuesta por una regeneración social y política que establezca unos cauces y controles que eviten estas situaciones.
La transparencia es algo vital. Saber el capital con el que se llega al cargo y sólo reflejarlo al final no es suficiente. Hay que ejercer un control periódico que examine el nivel de vida, cuentas y patrimonio inmobiliario. Así sería más fácil ir acotando los momentos en los que alguien pueda caer en la tentación.
En segundo lugar, la responsabilidad de los partidos políticos. Por un lado controlar que la política no sea un modo de vida. Vigilar las agrupaciones locales, provinciales, autonómicas y nacionales para que no estén eternamente controladas por las mismas personas y/o familias. Por consiguiente, no perpetuar internamente apellidos tal y como se perpetuaron en la Edad Media los linajes. Internamente no puede haber afiliados de primera y de segunda. Al final y casi lo más importante es considerar que ser la persona de los recados desde los quince años no puede abrir más puertas en política que los proyectos, ideas o preparación. Sólo así podrá llevarse una regeneración política de los dos grandes partidos si quieren consolidar otra vez el bipartidismo.
Luego hay otro análisis, más superficial pero no menos importante. Es más bien un asesoramiento gratuito para la izquierda. Cuando la sociedad se aleja de la política porque considera que todos son iguales, el absentismo aumenta. Cuando esto sucede la derecha llega al poder porque ellos siempre están movilizados. Un viejo amigo me dijo que nos engañaron con el relato de que la monarquía nos trajo la democracia. Pero la realidad es que fue la sociedad que la reclamó en las calles y obligó a que se instaurara el nuevo régimen.
De ahí la importancia del relato. Es verdad que las medidas a la hora de afrontar la presunta corrupción no son igual en un sentido que en otro. En el PSOE a excepción de Óscar Puente nadie está contrarrestando el discurso de los populares y eso para los socialistas es un problema. Sin embargo, lo importante no es el relato, es como se entiende la política en este país que aleja a los políticos de la sociedad.
Unos políticos alejados de la sociedad, diversos escándalos, una regeneración que no llega y un inmovilismo estratégico forman el caldo de cultivo ideal para la llegada de los populismos y los autoritarismos.
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