El Rincón de Casandra

Lucía Ballesteros Ruiz

Ciudadana crítica

Ali Baba y los 40 ladrones.

Todo buen reyezuelo de Taifas que se preste necesita  para sobrevivir, entre otras lindezas: un canal de televisión, una emisora de radio, un periódico, una cajita (aunque sea de zapatos) y una obra civil mastodóntica: aeropuerto, metro o tranvía.”

Cuando tienen creada su cajita les hacen ver a los  súbditos de su reino de pandereta que van a ser únicos dentro de la aldea global, cuan druidas, pero en versión universal.

Estos corren , henchidos de orgullo patrio, enarbolando banderas y pendones a depositar sus maravedíes y escudos en la cajita. Cajita que cada uno cree  suya, por estar en su feudo. Antes,  en el equipo del desgobierno ya han situado como guardian de  las finanzas del país liliputiense  al más ladrón que había. Cuando  ya ha dejado  las arcas  sin el vil metal, el papel, el polvo y las telarañas, como premio  a su gestión le nombra  presidente  de la cajita para que juegue con ella. Y poco a poco se van concentrando todos los trileros del lugar y consiguen hacerse con una enorme y lustrosa vaca  con las ubres repletas de leche para que todos puedan chupar de ella. Pero hete aquí que a la vaca se le acaba la leche, entonces  deciden comérsela; y así es como se quedan sin leche,  sin vaca y con los súbditos más mosqueados que un pavo en Navidad.