Ha sido una semana intensa en lo que concierne al mundo de la política. Una vez más se observan errores en las altas esferas y una complicidad social con los abusos y la mentira que sorprende cuando hace “cuatro días” nos escandalizaba todo de un ex político en concreto y todo lo concerniente al Gobierno en general.
El primer estrago viene de la mano del nuevo chiringuito creado para Toni Cantó. Asombroso. Abascal vino para acabar con ellos desde un chiringuito, Cantó vino para acabar con ellos y le han creado uno. Mientras tanto la sanidad madrileña se va privatizando y se van cerrando centros sanitarios en Madrid. Sin embargo la presidenta entiende que la solución es una oficina de la lengua española.
Lo más horrendo políticamente lo ha llevado a cabo el jefe superior. El líder de la oposición. La derecha, supuestamente de Estado, vuelve a enseñar su “patita”, insistiendo en el blanqueo de la dictadura y la distorsión histórica.
En el Congreso, delante de todos los presentes el señor Casado hace uso de un trabalenguas para acusar al Gobierno de ser culpable si llegase una nueva Guerra Civil. Una vez más se vuelve a comparar un régimen dictatorial y genocida, cimentado sobre el terror y la sangre, con un régimen, imperfecto, pero democrático y constitucional.
A estas alturas es terrible, pues el partido popular está llamado a ser la alternativa en el gobierno, sin embargo ha hecho suyas las tesis de VOX. El radicalismo extremista, xenófobo, homófobo y servicial de los poderosos le ha llevado a aliarse con el cobarde de la clase. Sí, el cobarde que usaba la fuerza, el miedo y las voces para amedrentar a los demás para que no vean sus limitaciones.
Ya sé que dirán que el PSOE se ha radicalizado por su acercamiento a Podemos. Imagino que subir el Salario mínimo interprofesional, aprobar la ley de protección infantil, ley de muerte digna, hacer el mayor esfuerzo económico de la democracia para rescatar, ayudar y apoyar al grueso social y rebajar la tensión en Cataluña es de ser radicales. Sin embargo es el fiel reflejo de que hay otra forma de hacer política frente a la de los recortes que usó el Partido Popular en la crisis pasada.
Sin embargo a la oposición le da igual. Los conservadores son propensos a criticar todo avance, eso sí, luego hacen uso de ellos. Lo hicieron con el aborto, el divorcio, el matrimonio igualitario y lo harán con la ley de muerte digna.
Hay que recordar que ahora adulan la figura de Adolfo Suárez, sin embargo en su día fue tratado igual o peor, por sus ancestros políticos, que el actual presidente por legalizar al Partido Comunista. Porque a ellos les gusta hacer ruido y crispar, por si entre fuego y fuego son ellos quienes dirigen como antaño. Su sueño es el acceso al dinero. Para sus “presuntos” chanchullos y chiringuitos. Por eso ahora están así de crispados, porque no van a tener acceso a los fondos europeos. Quizás sea éste el motivo por el que el propio Casado fue a Bruselas a entorpecer las negociaciones. Les daba igual España y las personas que viven en España, ellos querían tener acceso al dinero.
A la derecha actual España les viene muy grande, por eso se le relaciona más con Suiza. Sus sentimientos hacia nuestro país se reducen a una pulsera en la muñeca. Sin embargo para las personas que de verdad queremos nuestro país, España es algo más. España es el bien común de sus habitantes.
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