Si quieres conocer más de ti, sal de viaje y el camino te enseñara. Y el camino en nuestro periplo calatravo nos lleva hasta las localidades de Begíjar y Alcaudete.
Durante el sometimiento árabe; Begíjar, recibió el nombre de Buxexat, siendo ésta una de las primeras concesiones que hizo Fernando III a la Orden de Calatrava tras su conquista en 1226, además de otras heredades y pertenencias, cesión que ratificó Alfonso X en 1254. Su castillo pieza fundamental de la localidad, se remonta a la época visigótica siendo ampliado por los árabes y reformado por los cristianos.
Todo el ámbito esta cercado por una elevada y gruesa muralla franqueable por su adarve. A la torre del homenaje se entraba a través de un puente arcado. A intervalos se insertaban pequeños torreones para pluralizar los ángulos de tiro y defender mejor las cortinas. Al pie de los contrafuertes y cercándola por su exterior se hallaba el foso con sus correspondientes puentes levadizos.
La Torre del Homenaje estaba considera como la torre principal de la fortaleza y morada del señor de la misma. La Torre de Begíjar se encuentra situada en la parte norte, la más resguardada en caso de recibir un ataque del exterior. Dispone de una aspillera frontal y una garita para aumentar las posibilidades de tiro sobre los asaltantes.
Conserva una extraordinarias y notables bóvedas , de media naranja ochavada con fábrica de ladrillo en su primera planta y en la segunda una espectacular bóveda apuntada de ocho nervios, descansando ambas sobre ménsulas de piedra. Fue declarado Monumento Histórico en 1985.
La ubicación geográfica de Alcaudete, a mitad de camino entre tres provincias andaluzas, Córdoba, Granada y Jaén; le han permitido alzarse con el nombre de "Alcaudete, corazón de la Ruta del Califato. Gracias a esta posición de privilegio los árabes construyeron, en el período califal, una grandiosa fortaleza con fama de inexpugnable.
El castillo se declaró Monumento Histórico en el año 1985 siendo una de las visitas más atrayentes de la localidad. Fue construido por los árabes durante el periodo califal y ambicionado tanto por musulmanes como por cristianos.
Desde que Alfonso VI la ganara para la causa cristiana en el año 1085 a lo largo de los siglos la fortaleza fue pasando de manos castellanas a manos andalusis. Inclusive tras la batalla de las Navas de Tolosa y el avance de Fernando III no cejaron los intercambios. El rey Fernando III, el Santo, la transfiere al rey moro de Baeza, luego a la Orden de Calatrava, de nuevo pasa a los nazaríes, hasta que Alfonso XI la reconquista definitivamente en el año 1430.
En sus albores fue construido por los árabes sobre un cerro escarpado para facilitar la defensa del lugar, dado que el mismo era una encrucijada estratégica tanto geográfica como comercial. Su mayor gloria la vive de la mano de la Orden de Calatrava que lo reconstruye y reestructura durante los siglos XIII y XIV. En la torre del homenaje aún podemos distinguir el verdadero espíritu de los monjes guerreros de Calatrava.
Agregar comentario