Nadie cuestiona que las redes sociales son un gran avance para la humanidad empero no debemos olvidar que toda prosperidad hay que saber medirla y valorarla en su justa medida
Abducción tecnológica o pútrida representaciónObjetivo CLM - Lucía Ballesteros Nadie cuestiona que las redes sociales son un gran avance para la humanidad empero no debemos olvidar que toda prosperidad hay que saber medirla y valorarla en su justa medida No saber, por ejemplo, administrar el fin que le otorgamos a las redes sociales puede implicar graves consecuencias como menoscabar nuestras relaciones personales, dañar nuestra concentración o la aparición de estrés y ansiedad. Consecuencias todas ellas que a nuestros políticos o no les afectan o son inmunes a ellas. Se diría que sus señorías han descubierto un antídoto contra las redes sociales o han cruzado la línea del mundo real para pasar al mundo de lo falaz. Y así, gracias a los mundos de Yupi, en los que se han instalado nuestros políticos hemos podido disfrutar de ver a Celia Villalobos, que en esos momentos actuaba como Presidenta del Congreso, jugando al Candy Crush mientras el Presidente del Gobierno intervenía en el debate de la Nación o de lo que quiera que sea esta curtida piel de toro. Enajenado habría quedado Fernando V de Castilla y II de Aragón , Fernando el Católico para la historia, ante tal representación; él que en tan alta estima tenía el concepto de Nación y de buen gobernante. Merced a ese goce por conseguir su clímax interactivo, la actuación de Celia Villalobos se convirtió en trending topic, cuyo siginicado en román paladino es tendencia, gracias al vídeo publicado por el periódico La Marea. En defensa de lo que no puede ser exculpado el Partido Popular aduce que la señora Villalobos estaba leyendo la prensa. Ya son ganas de querer buscarle los tres pies al gato y de hacer aún más el ridículo. La prensa se puede leer en otro momento y en otro lugar. Por otra parte Dolors Montserrat, compañera en la mesa del Congreso, ha justificado el vídeo: "La gente puede hacer lo que quiera mientras esté escuchando. Hay personas que podemos hacer dos cosas a la vez". El día menos pensado vemos a sus señorías haciendo punto de cruz, calceta o los crucigramas de Pedro Ocón de Oro en sus escaños. Vivir para ver. No obstante, como gracias a Dios atesoramos una gran cantidad de políticos también disfrutamos de sus deslices y mal hacer en pro de los ciudadanos. Allá por el año 2011 y durante la investidura de Mariano Rajoy, Alberto Cuellar fotógrafo de “El Mundo” se percató del siguiente mensaje en el móvil de Alfredo Pérez Rubalcaba “"Me dice nuestra informadora en el Ayuntamiento de Madrid que Gallardón va a defensa". Gracias a las redes sociales hemos podido observar las miserias de nuestros gobernantes, así por ejemplo tenemos estadista de alta cuna y baja cama como el diputado valenciano Luis Bernardo Díaz Alperi del PP más conocido en la cámara como el diputado durmiente. El socialista Juan Soto practicando yoga en su asiento. La lista de la compra de Rita Barberá, "ocho contramuslos y cuatro pechugas". Milagrosa Martínez, alcaldesa del PP en Novelda, aprendiendo a conjugar el verbo être. Lola Gay, del partido socialista de Alicante, comprando lencería en una web. En 2009, en la Asamblea de Madrid durante una intervención de Esperanza Aguirre, una Diputada de Izquierda Unida se entretenía en hacer un sudoku; un miembro del Partido Socialista Obrero Español dibujaba con un bolígrafo al lado del orden del día; y un Diputado del Partido Popular jugaba a lo más parecido al Tetris en su móvil. Los Diputados del Partido Popular,Bartolomé González y María Isabel Redondo, fueron cogidos infraganti jugando al Apalabrados mientras se votaba Ley de Acompañamiento, la norma por la que se privatizaba la sanidad madrileña. El Diputado murciano del Partido Popular, se exacerbó consigo mismo después de haberle ganado su Ipad una partida de tenis. Y el diputado de la Asamblea de Madrid, Miguel Ángel Pérez-Huysmans, tuvo que coger las de Villadiego tras haber sido sorprendido entrando en página web porno. Hasta aquí podíamos llegar, se acabó la tontería y usted señor diputado se marcha a casita. Las redes sociales hay que aprender a gestionarlas, hemos de ponernos unos horarios para atenderlas, organizar nuestro tiempo de ocio al margen de ellas, olvidarnos por un momento que existen. Y lo que es aún más fundamental hay que saber utilizarlas. No todo vale, no todo se puede subir a la red, hay que hacer uso de ellas con criterio y sensatez. Se han dado casos en los que algunas personas han legado a perder su empleo u otras posesiones por hacer comentarios inadecuados en Facebook o Twitter. Por lo que no vendría nada mal aprender a morderse la lengua y dejar los dedos en reposo. Empero nos puede la ambición, el deseo ardiente se poseer riquezas, fama, poder, honores, ser los primeros en todo, sobrepasar nuestras expectativas; sin llegar a vislumbrar que una persona avariciosa podría dañarse a si misma o a los demás para conseguir lo que desea. De esto todos sabemos mucho y los políticos más; como decía Winston Churcill “Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río”. Y Confuncio apostilla “ En un país bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar vergüenza la riqueza”.
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