Vivimos en la era de las tecnologías y aunque por un lado es positivo todo ese avance, por otro lado es una catástrofe
Demasiados PilatosObjetivo CLM - David García Huertas Vivimos en la era de las tecnologías y aunque por un lado es positivo todo ese avance, por otro lado es una catástrofe. Se ha suprimido el compromiso político, social y cultural por el compromiso con las tecnologías. Es en esas tardes en las que me dedico a pasear por el campo cuando este artículo se me ocurrió. Iba paseando ayer como lo hago todos los domingos por las tardes cuando diferentes ideas y conclusiones abordaron mi mente. Es de recibo reconocer que este domingo el paseo comenzó con un sentimiento triste tras lo acontecido en París. Fui observando la naturaleza, una naturaleza que no se detuvo ante tal macabro acontecimiento. Jóvenes que como yonkis enganchados a las drogas deambulaban con la mirada fija en el móvil. Pensionistas que hacían un análisis profundo de la situación actual y como saben que semanalmente escribo mi artículo me paran y empiezan a entablar una conversación conmigo. Muy amablemente me abordan, dicen que gracias a sus nietos pueden leer mis artículos y que quieren saber mi postura ante lo sucedido en París. Sorprendido a la vez que alagado respondo que el problema no es sólo el fanatismo, sino que había que afrontar el problema del comercio armamentístico que hace que estos grupos terroristas disfruten de armas. Pero con un tono de resignación les afirmo que contra eso es difícil de actuar pues los políticos y los altos cargos a nivel mundial prefieren lavarse las manos. Uno de ellos me increpa bruscamente, me sorprende y de primeras no me sienta del todo bien. No seas imbécil, nosotros sabíamos que la democracia llegaría a España y luchamos para que así fuera desde 1955, ten paciencia y no caigas en el río del pasotismo existente en esta sociedad de jóvenes muy preparados académicamente, pero de escasos valores. Nada es imposible, pero todo es muy difícil. De primeras me sentí atacado, luego tras seguir la conversación comprendí que no me quiso faltar el respeto, simplemente hacerme ver que cuando el objetivo es legítimo se deben emplear todas las fuerzas, que toda visión no sólo se debe defender sino que se debe luchar para que se haga realidad. La verdad que tras media hora larga, me dieron la mano y me dijeron no cambies, queremos morirnos pensando que todavía hay quien lucha por un mundo mejor. Seguí caminando entre la sensación de alegría por el reconocimiento, por otro lado fue el sentimiento de presión el que me abordaba. ¿Por qué confían ellos en mi capacidad social cuando apenas me conocen personalmente y sólo lo hacen por medio de mis artículos? Luego una vez en casa seguí pensando y creo que llegué a entender lo que querían decirme. Hoy en día nos preocupamos por tener el mejor móvil, el mejor coche, nos preocupamos porque no se nos acabe la batería del móvil, en definitiva nos preocupamos por asuntos superficiales y carentes de importancia. Con lo acontecido en París todo el mundo ha estado en un estado de Shock, yo sinceramente me ha costado asimilarlo. Pero tras analizar lo sucedido en las redes sociales creo que somos la generación más deprimente, ahora todo lo arreglamos con un tuit y un hastag de apoyo. Raras veces nos implicamos en proyectos para solucionar los problemas. Y es que esto no sólo pasa con lo sucedido en París, varias han sido las mujeres asesinadas tras la marcha del 7N y vivimos en una sociedad que no ha dado muestras de lucha contra esa barbarie machista. Es algo que no me sorprende, ya nadie se acuerda de aquel niño en la orilla de la playa muerto, nadie habla de solidarizarse con Beirut, Irak, Siria, Libia, Afganistán, Palestina o Yemen, pero sí de París. Desde esta humilde columna, con lágrimas en el alma y condenando todo tipo de terrorismo, condenando a todo aquel que se lucra con la venta de armas y se beneficia de las guerras, mando mi apoyo no sólo a París, sino también a todos los demás lugares donde sufren las consecuencias de un mundo cruel. Cuando olvidamos una injusticia así como cuando olvidamos nuestros valores estamos haciendo lo que Pilatos hizo con Jesús, lavarse las manos. Manos que parecen que sólo se han decidido a actuar cuando han visto que el terrorismo no entiende de fronteras. |
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