Cuando el volante se bloqueó, caí en la cuenta. Hacía días que el chivato del depósito de combustible me llevaba avisando. Debería haber prestado más atención, pero las prisas, las compras de última hora, … que se yo. El vehículo se detuvo lentamente, justo en el arcén. El tanque debía de estar tan seco como el Guadiana los últimos veranos.
Intenté arrancarlo varias veces sin resultado. De seguir obstinándome, acabaría descargando la batería, y entonces, el problema… sería gordo. Tiré del teléfono mientras blasfemaba en voz alta por mi puta suerte. Mala manera de acabar el año: quedarme tirado el último día, horas antes de la cena.
Mientras daba mis datos a la operadora de la asistencia en carretera, él se me acercó. Apenas treinta años, flaco, amable. ¿Necesita ayuda? ¿Empujamos hasta allí? Nervioso como me encontraba, no había visto que apenas a unos metros había una estación de servicio. Colgué el teléfono. Empujamos juntos. Sin su ayuda no hubiera podido subir el pesado vehículo a lo largo del repecho hasta el surtidor. Suerte. No me dio tiempo a agradecerle. Volvió por donde había venido, y se subió a un viejo Jeep Cherokee, aparcado a un lado de la marquesina.
Corrí a llenar el tanque. Pagué. Problema resuelto, pensé.
Pero, no. El motor no arrancaba con el contacto. Una. Dos. Tres veces. Ahora sí que se me descargaría la batería. Puta mala suerte, la mía, …
Y volvió. Se asomó a mi ventanilla. Déjeme. Tiene que dar tiempo a que la gasolina le llegue al motor. Ocupó mi lugar. Y lo arrancó. A la primera. Aquello sonó como gloria bendita para mis oídos.
Y se volvió de nuevo al todoterreno, lo arrancó y lo detuvo junto a mi ventanilla, con un gesto amable. Oye, tío, mil gracias _dije_ Deja que te invite a un café, o algo. No puedo _contestó_debo seguir. Y se alejó.
De camino a casa empecé a llorar_últimamente me ocurre que pequeños gestos de humanidad me conmueven hasta la lágrima. Será la edad… Después de todo, tuve muy buena suerte aquel día. El karma, como dicen mis hijos. Para mí, que fue un ángel.
Fidel Piña Sánchez. Arquitecto. www.arquitectofidelpiña.com
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