España ocupa el puesto 21 de 26 miembros en el gravamen de impuestos sobre los hidrocarburos. El Gobierno ha tomado medidas provisionales y para un determinado tiempo, que al igual que en las medidas de la pandemia, se podrán alarga o no. Siempre dependiendo de las circunstancias internacionales.
Según varios economistas la opción que ha tomado el Gobierno es buena debido a que la bajada de impuestos lleva la problemática posterior de volver a subirlos al porcentaje que están actualmente y que garantizan unos mínimos sociales. Con la impopularidad que ello conlleva.
La derecha ya se ha manifestado diciendo que no tendrá el Gobierno su apoyo si no se registra una bajada de impuestos. No es sólo una postura populista, sino que se contradice con las medidas que ellos tomaron cuando gobernaron. Cuando Rajoy llegó al poder su forma de proceder no fue la de crear un escudo social para que nadie se quedará atrás, sino que efectuó recortes y llevó a cabo una subida de todos los impuestos.
Se puede debatir si son medidas suficientes o no. Pero de ahí a llevar a cabo la elaboración de una tesis política contraria a lo que luego se practica es al menos digno de estudio.
La realidad no es que ellos busquen el desahogo de las masas populares, porque para eso apoyarían la intervención del Estado en los precios. Ellos hablan de reducir impuestos por dos motivos. En primer lugar quienes más se benefician siempre de las bajadas de impuestos son aquellas personas que acumulan grandes capitales. Es obvio que la derecha busca el beneficio de esas clases sociales, para eso son su electorado y amigos.
Por otro lado la reducción de impuestos conlleva una falta de ingresos a las arcas estatales que provocan la escasez económica para invertir en sanidad y educación por parte de los organismos estatales. Beneficiando siempre a sus amigos de la sanidad y la educación privada. Al final esto va de la defensa de unos pocos en detrimento de la mayoría. Porque si no hay dinero para que sean de calidad la sanidad y la educación el siguiente paso es privatizarlas. Como pasó con las energías y por lo tanto el acceso a ellas por parte de la sociedad será más limitado. Ya no serán universales y por lo tanto quien no se pueda permitir un tratamiento para una enfermedad grave morirá. Quien no tenga acceso a la educación de calidad se verá obligado a vivir en un alto grado de ignorancia o analfabetismo.
Al final la derecha “civilizada” con la compra del discurso de los ultras de la derecha sólo parece encaminarse a esos tiempos donde todo era en blanco y negro. Donde había una clase social que daba migajas a la inmensa mayoría de la población para que trabajara de sol a sol. Un mundo donde la esperanza por progresar se vea relacionado estrechamente al apellido o al linaje. Van buscando una sociedad donde se pueda actuar como Espinosa de los Monteros, que no pague y encima no se pueda reclamar nada. Sin embargo lo siento mucho, siempre me van a encontrar enfrente.
En un mundo imperfecto la labor, no sólo política, sino social debe ser la búsqueda de una equidad y una igualdad real entre todas las personas. No hablo de riquezas sino de derechos.
Podremos discutir si son justos los impuestos sobre las herencias, si habría que modificar los abusos en algunos lugares de determinados gravamen. Pero de ahí a buscar la continua bajada con el único objetivo de desmantelar lo público y favorecer a una minoría no es de recibo.
Agregar comentario