Llega una nueva campaña, los políticos afilan su vocabulario, el orden de cosas importantes lo varían, al menos durante dos semanas, la trama de siempre, pero debemos despertar.
Llevamos un tiempo oyendo hablar de la España vacía en clara referencia a esos municipios que poco a poco se van apagando. Todos, políticos, gente urbanita y empresarios quieren hacer creer que les importamos, pero no es así. Los pueblos pequeños sólo importamos cada cuatro años, sólo cuando un puñado de votos puede decantar la victoria para un lado o hacia otro. Los políticos no saben que si ellos mismos no dejan de actuar de manera anacrónica no se acabará con el déficit poblacional en los municipios. Mientras los partidos sigan utilizando el dedo para imponer candidatos, mientras sólo busquen un rédito al finalizar cada legislatura, eso sí para poder partir con ventaja hacia la nueva victoria, mientras sólo se piense en fiestas, panderetas y poca inversión logística los municipios seguirán perdiendo caudal. Mientras esos políticos no den facilidades para que las grandes empresas pueden instalarse en municipios pequeños la creación de empleo será nula y por lo tanto sólo queda el envejecimiento. Mientras se mire al mundo rural desde una perspectiva urbanita nunca se solucionarán las carencias.
Los municipios dan innumerables oportunidades empresariales, claro está que las grandes oficinas son más propias de ciudades, pero otras empresas dedicadas a sectores productivos, fábricas, almacenes… deberían de ser obligadas a repartirse por la geografía española para evitar el desangre de los municipios.
No todo es el trabajo, aunque sí el factor principal para frenar el despoblamiento, la actitud social es muy importante. En la actualidad hay muchas casas en venta en todos los municipios y ciudades, todo el mundo espera obtener un alto rédito, algo legítimo, pero también es una causa de la salida de los municipios de la gente joven. Hoy en día un joven que quiera comprarse una casa y hacerla nueva es sinónimo de embargarse de por vida, sin embargo en municipios grandes las oportunidades residen en dúplex que suelen ser más baratos y que al fin y al cabo no supone un embargo tan elevado. La falta de vivienda asequible en los municipios pequeños sumado a la escasa llegada de oportunidades laborales hacen que la emigración de interior sea una opción importante. En este aspecto debería de llevarse a cabo una negociación donde los dueños de casas viejas y Ayuntamientos llegaran a acuerdos económicos para facilitar la creación de nuevas viviendas que incitaran a quedarse. Pero qué más da, lo importante es que cada cuatro años nos voten lo demás nos da igual. La existencia de facilidades para el turismo rural son mínimas, cuando se brinda una oportunidad siempre hay un organismo que lo frena, cuyo único interés es ninguno, pero su desconocimiento rural produce poco a poco la asfixia local.
Miran el mundo rural como algo placentero, pero no se dan cuenta de su importancia, miran al mundo rural para expoliarlo, en los municipios se produce una constante asfixia en modo de impuestos a la par que en una ciudad, sin contar que la demanda es menor y la llegada a final de mes más dura, pero da igual mientras cada cuatro años nos voten. Es duro pero es así.
Pero ante la cobardía no se puede actuar. Nos centraremos en luchar por ser líder de la oposición inventándonos argumentos como Rivera, cuando hasta quién asó la manteca sabe que aunque sea un resultado catastrófico el jefe de la oposición será el segundo partido más votado, en este caso Pablo Casado, al igual que lo fue Sánchez con sus peores resultados. Todo para tapar que él lleva más de una década en política y todavía no sabe lo que es ganar una elecciones, quizás debiese dimitir, pero como va osar a tal cosa si aquí hemos venido a pasar la buena vida.
Acabaré con una conclusión, el mundo rural no es un juguete de urbanitas, el mundo rural o la España vacía es de suma importancia, en ella se produce lo que comen las ciudades. Mirar por la naturaleza es algo de suma importancia, pero no sólo los animales. Cuidar nuestras plantas, nuestros insectos, en definitiva concentrarnos en proteger nuestra fauna y nuestra flora, es algo que no sólo defienden los ecologistas civiles, sino que el propio Papa Francisco nos dijo que el ser humano está llamado a cuidar la Tierra pues fue encomendada por Dios a nosotros y para ello no sólo reciclar es importante. Ambos ejemplos nos deben de hacer pensar que cuidar la naturaleza es algo que nos incumbe a todos de manera altruista y no como un mero negocio, como algunas empresas lo ven. La caza es un sector importante y que mantiene el equilibrio ambiental, a pesar de que los animalistas urbanistas no lo entiendan hay comunidades que si no fuese por la caza la agricultura también perecería, esto no exime que existan casos de salvajismo, pero no por la caza sino por la maldad humana de devorar un medio ambiente cada vez más agonizante. Aun así todavía estoy esperando como esos políticos con golpes de pecho por el mundo rural dan facilidades para la repoblación de alamedas, parques, añoro un sistema de reciclaje donde cada envase sea contado y pagado como en otros países, esto ayudaría a tener un mundo mejor. Sin embargo lo más importante es el ser humano en sí ante la naturaleza, hace mucho que el ser humano sólo tiene como objetivo ganar mucho dinero, así se olvida el daño que ocasiona, el pacto entre humanos y naturaleza hace mucho que se rompió. Las personas olvidamos que nuestra vida depende de la vitalidad medio ambiental y en un futuro será la propia naturaleza la que nos dicte sentencia.
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