La reflexión de hoy me lleva a preguntarte si eres consciente de cuáles son los grupos humanos a los que perteneces, esos grupos de los que formas parte porque en un momento dado lo elegiste y lo decidiste de forma libre y consciente, aunque a veces dudes de que haya sido así. Fundamentalmente, esos grupos hacen referencia al ámbito familiar y al social-laboral, y no siempre está claro que cuidemos la membresía correcta. Primer ejemplo: la familia. El proceso de cambiar la prioridad de grupo familiar puede llegar a ser fuente de graves conflictos y problemas, porque, inevitablemente, cuando una persona selecciona pareja y elige convivir con ella, de forma más o menos gradual, la prioridad y el cuidado de la pertenencia al grupo tiene que cambiar. Ese cambio suele ser gradual, progresivo, para que todas las partes lo acepten y se adapten. Pero es un cambio que requiere que la prioridad y el cuidado máximo o la atención a los miembros del grupo cambie de enfoque. Algunos conflictos de pareja se basan en esta simple idea y en la dificultad de adaptarse.
Hay que dejar muy claro que no se trata de que se descuide el anterior grupo familiar, pero sí es imprescindible que uno de esos grupos sea el prioritario, el que esté en el primer nivel de compromiso, lealtad, etc.
Otro ámbito fundamental es el trabajo, cuando una persona se incorpora a un puesto de trabajo, inevitablemente pasa a formar parte de un grupo, que en ocasiones funciona como equipo y en otras no, pero cuya pertenencia requiere atención y cuidados para evitar desavenencias y conflictos. Todavía sigo escuchando con mucha frecuencia, en los entornos laborales, esa frase de “yo no vengo aquí a hacer amigos, sino a trabajar”. Esa frase muestra un aspecto muy delicado, si bien puedo compartir que el nivel de amistad profunda se elige de otra forma y se puede encontrar en otros entornos, el nivel de relación de las personas, en cualquier ámbito, va más allá de una superficial relación laboral y requiere implicación y cuidados hacia los otros.
Así pues, tarea para hoy (si quieres): identifica a qué grupos humanos perteneces y pon en marcha acciones concretas destinadas a cuidar tu forma de relacionarte con los demás en esos grupos. Si eres constante en esas acciones, obtendrás resultados de mejora que te pueden sorprender gratamente.
catalinafuster.com | Psicóloga y Coach
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