Llegamos al final de un año que toda persona dice que hay que borrar. Yo, sinceramente creo que es al contrario. Es un año muy a tener en cuenta. Este año hemos visto qué y quienes son necesarios, imprescindibles e innecesarios.
Casi toda persona que habite en la Tierra se ha vuelto más sensible, más cercana y más humilde. Sin embargo hay quienes no cambian. Por eso no quiero despedir este año con un artículo de política. Llevamos muchos meses hablando de personas enfermas y de muerte. Llegamos a esta época del año y qué mejor que un consejo o un asesoramiento. En definitiva una opinión de un servidor. Espero que al menos os haga reflexionar.
Llegan unas fiestas que serán diferentes. En muchos casos no será ni fiesta. Sin embargo es una época de regalar. Durante meses he defendido al comercio local, de barrio, al pequeño vendedor en definitiva.
En esta ocasión sólo voy a pedir una cosa, reflexionen.
Cuando vayan a regalar a sus hijos/as, novios/as, padres, madres o abuelos/as un animalito, no lo compren. Pasen por centros caninos, asociaciones y protectoras. No importa la raza, el color o la edad. Es cierto que no es lo mismo vivir en un pisito de sesenta metros cuadrados, en una casa de ciento cincuenta metros cuadrados o en una casa con jardín. Por eso deben de ir porque el maltrato y el abandono no entienden de razas, colores o edades. Los cachorros caben en todo tipo de casas, pero de adultos no. Luego llega el abandono o el regalo de lo que un día fue la ilusión para una persona. Sin embargo esa persona era la familia de ese cachorro que hoy les estorba.
Por eso desde una humilde columna sólo puedo pedir que por favor seamos humanos. Demos una oportunidad a esos animales que un día fueron abandonados a su suerte. Que no buscan nada más que el amor que un día dieron y fue traicionado.
Al principio es difícil. Lo digo por experiencia. Ellos desconfían de ti, no porque les hayas hecho daño, pero tienen recuerdos. Al fin y al cabo es como cuando volvemos a enamorarnos, al principio ponemos unas barreras que la nueva relación no tiene culpa.
Quizás pase una semana o un mes, dos meses quizás, pero al final todo fluye. Es lo bonito del amor, que al final corre libre como el agua de un río que desemboca en el mar. Al final la paciencia de la nueva relación se convierte en una confianza multiplicada por mil.
Por eso sólo puedo pediros una cosa. Adopten y no compren. A los dirigentes pedirles una ley de protección animal que condene el maltrato, abandono y mutilación de ellos.
Y por supuesto desearos feliz navidad y que el año 2021 sólo os traiga momentos y vivencias buenas.
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