Estos días hemos asistidos a la toma de posesión de Mañueco como presidente de la junta de Castilla y León. El partido popular convocó unas elecciones en Castilla y León en clave nacional. La realidad no fue tal y como los sondeos indicaban y la necesidad de una coalición con la ultraderecha cercó el discurso del nuevo líder del partido popular. Si en una ocasión Feijóo dijo que no pactaría con VOX porque éstos atacaban a Galicia, ahora el discurso ha cambiado. Ahora ya Galicia es lo de menos para el nuevo líder popular, ahora lo importante es encarrilar las siguientes elecciones generales.
La otra parte de la coalición se presentó ante el electorado como la única opción para acabar con el despilfarro, sin embargo sus acciones van encaminadas en la otra dirección. Si el propio líder de VOX se vio obligado a meterse en política porque se le acababa la posibilidad de seguir en un “chiringuito”, algo así le ha pasado al nuevo consejero de cultura de Castilla y León. Después de llevar veinte años cobrando de un chiringuito del partido popular, ahora es la solución en Castilla y León. Tampoco sabemos cuál es su proyecto cultural más allá de equiparar a los represaliados con los torturadores de la Guerra Civil y el Franquismo e instaurar una cultura que persiga toda ley de igualdad que se lleve a cabo.
El líder de VOX en Castilla y León es el claro ejemplo de lo que es la ultraderecha en España. Se adueñaron del lema “La España que madruga”, sin embargo como bien decía más arriba sus acciones indican lo contrario. Hablaron de la España del esfuerzo, imagino que será del esfuerzo que hay que hacer como perrillo faldero para conseguir que el dinero llegue sin hacer nada. El actual vicepresidente de Castilla y León cobrará más de cien mil euros anuales y no tendrá ninguna competencia legislativa. Cobrará esa escandalosa cantidad por no hacer nada. Sin embargo luego en el congreso defienden la tesis de no subir el salario mínimo porque dicen que no es el momento.
En definitiva el pacto en Castilla y León es el pacto de la mentira. Ahora ya han levantado sus verdaderas cartas. Son cabezas que siguen embistiendo como dijo Machado, porque a pesar de que el Fondo Monetario Internacional ha dicho que bajar impuestos aumentaría la inflación, ellos siguen con el eslogan de bajar impuestos. Como bien defendí en el último artículo y siempre que voy a debatir, los impuestos deben reestructurarse, ser más justos y equitativos, pero no deben ser eliminados puesto que eso conlleva el deterioro del estado de bienestar en beneficio de la estructura privada. Que por regla general suele beneficiar a quien estrechamente está relacionado con determinados dirigentes.
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