Tras el debate electoral, sobre las próximas elecciones de la comunidad de Madrid, se pudo comprobar el nivel político y analítico. Se presentaron allí los seis principales candidatos, cada cual con su estrategia y su forma de debatir.
Me niego a calificar la actitud de la actual presidenta en funciones con el calificativo de loca. Me niego porque el mayor acto de machismo a lo largo de la historia ha sido la de calificar como locas a las mujeres para desacreditarlas. Eso sí, como bien se dice en mi pueblo, ayer Ayuso demostró en el debate que tiene menos luces que un candil apagado. Desconoce el lugar donde está llamada a gobernar. Cuando los datos los desconocía, bien por voluntad propia, bien por falta de investigación acababa atacando al rival político de manera personal. Eso sí, siempre manteniendo una risa falsa y cínica. Aguantó el chaparrón que todos los demás miembros le estaban dando, porque se cree que lo tiene ya ganado. No le importó nada ni nadie.
Decir hoy en los análisis sobre el debate que salió bien parada es hacer flaco favor a todos los profesionales que se dedican al análisis socio-político. Ayer quizás no hubo ningún ganador claro, pero si es verdad que hubo una gran perdedora que fue Ayuso y uno candidato que a pesar del ímpetu no encontró el hueco por el que destacar, este fue Edmundo Bal.
La señora Monasterio llegó con el ímpetu de ser jueza soberana de la política. No se habló de como se ha regulado su casa a días de empezar la precampaña, no se habló de los proyectos que firmaba sin el título, según dice algún que otro cliente. Vino a decirnos que son el cirujano que Joaquín Costa pidió, que ellos serían los doctores de hierro que sanearán la nación. Sin embargo la historia se cae sobre ellos. VOX nació cuando el bipartidismo se rompió y se le fastidió el chiringuito al todopoderoso Santiago Abascal. No vienen nada más que a mentir como ayer se demostró. Sólo son un partido elitista que gobernaran para sus amigos, que precisamente no serán los que levantan la persiana todos los días. Ellos de eso no saben. Gobernaran con Ayuso con quien ha adjudicado contratos a la empresa de su hermano a dedo, la empresa en la que tenía parte y que ha ocultado a la propia Asamblea. Ayuso que toda acción en pandemia tenía un beneficio para sus amigos. Véase el caso de los pisos de Sarasola o el sobrecoste del Hospital Zendal. Donde el dinero de cultura será para la tauromaquia y los medios afines como esradio u okdiario.
Algunos dirán que ahora la izquierda ya quiere el Zendal, no es que sea así, simplemente una vez hecho y pagado dos o tres veces el presupuesto dado pues habrá que buscarle una función o habilitarlo correctamente.
Por otro lado Pablo Iglesias aportó datos que nadie le rebatió. Calmado, pausado y más atacado en lo personal por parte de la derecha tuvo que aguantar todo el debate. Un debate que afrontó con más madurez que ningún otro debate. A la altura del último debate antes de las últimas elecciones nacionales. Por eso igual que en aquella vez dio la sensación de que quiso contentar más a Gabilondo, que parece ser que estará por encima en las elecciones, que en mostrarse.
Mónica García estuvo correcta, quienes vimos el debate presenciamos la presentación de una nueva izquierda verde. Sin embargo su poca experiencia en debates de este calado le llevó a estar un tanto nerviosa y en algunos momentos se vio superada por sus contrincantes políticos.
Gabilondo propuso y expuso. Demostró que quizás no sea el hombre de masas que se espera en estos tiempos, pero dejó claro su talante de gobernante y su talante conciliador. Conocedor del terreno y con ganas de demostrar que la política no siempre es voces. Sin embargo el poco tiempo que se daba en el debate, mientras a otros candidatos se le venía grande y sólo lo llenaban de soflamas vacías, a Gabilondo no le cabía todo el contenido que quería exponer en tres minutos.
El 4 mayo los/as Madrileños/as tienen una cita crucial. El partido está igualado según los últimos sondeos. La derecha va a votar seguro, pero la pregunta es ¿Votará la izquierda en un alto porcentaje? Esa va a ser la clave de estas elecciones donde se disputa la presidencia entre un candil apagado y un profesor. Entre la soberbia que lleva ya más de un cuarto de siglo gobernando y la cordura y la humildad.
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