Estamos de regreso a Ciudad Real, después de una jornada intensa de trabajo. Mi compañera Eugenia y yo vamos haciendo balance de nuestra reunión, de las cosas que nos han sorprendido e intercambiamos alguna anécdota de esas que nos permiten hacer alguna reflexión útil y curiosa y que incorporamos a nuestro bagaje personal y profesional en forma de aprendizaje. Y, de repente surge la idea en relación a la amabilidad en el trato de las personas, en esa persona que te atiende de una forma amable, respetuosa y haciéndote sentir que en ese instante está volcando su atención en ti, en lo que le explicas, le preguntas o le consultas. Esa atención que, desafortunadamente, en el mundo que nos rodea, acabamos valorando como extraordinaria.
Tal vez te ha pasado alguna vez algo similar, que hayas sentido que llegabas a un mostrador en los que se atiende al público, o que hayas llamado por teléfono a algún servicio, o que hayas recibido un correo electrónico y hayas tenido la sensación extrañamente agradable y extraordinariamente positiva de que esa persona estaba volcada en ti y te dedicaba su atención plena y responsable. Que escuchaba cada una de tus palabras atentamente, que se interesaba por tu asunto y por los detalles de tu explicación, que no te interrumpía ni desviaba su mirada haciéndote ver que tiene más trabajo que atenderte a ti. En definitiva, alguien que tiene claro que su trabajo es prestarte atención, comunicarse contigo y ser amable en el trato que te ofrece y en las explicaciones que va a darte. La amabilidad está en riesgo de extinción en la sociedad actual, tal vez por la incorporación de las tecnologías, tal vez por la acumulación de otras tareas en personas que tienen que atender al público,… no sé cuáles pueden ser las múltiples razones. Lo que sí me parece es que no hay que olvidar el valor de calidad y profesionalidad que otorga aquella empresa, organización o servicio que permite a quien tenga que hacer esa función, ser extraordinariamente amable cuando atiende al público.
¿A quién sientes así de especial y de amable? ¿se lo sabes valorar? Yo me siento afortunada por conocer a varias personas con una amabilidad extraordinaria, una es mi compañera Eugenia. Gracias por permitirme utilizar este tema para compartirla en este espacio.
catalinafuster.com.| Psicóloga y Coach
Agregar comentario