Últimamente estamos oyendo mucho hablar a nuestros políticos de la España vaciada. Con ello se refieren a esos lugares donde hay muchas casas a proporción de las personas que allí habitan. Se habla de inversiones en municipios en riesgos de desaparición e incluso de un “Erasmus rural”. La pregunta que surge es, ¿de verdad se interesan o sólo es propaganda?
En este artículo no señalo a una ideología u otra, a un partido u a otro. En este caso la responsabilidad será de todas las personas y cada una de ellas que se dedican a la política y olvidan las necesidades básicas de una población, algo que está recogido en la Constitución. El derecho a una vida digna.
Más de veinte años lleva la asociación de vecinos intentando hablar con las instituciones para buscar una salida al problema del alcantarillado. En pleno siglo XXI todavía hay lugares en España que no lo tienen. Fosas sépticas, pozos negros, aljibes, pozos y cubas de aguas son términos asiduos entre la población de allí.
A parte de eso se habla de cómo una parte de ellas tienen servicio de basura y otra no. La respuesta es clara. Son dos términos. Santa Cruz de Mudela da servicio de basura pero la Torre de Juan Abad sólo se acuerda de sus vecinos/as de las Virtudes a la hora de cobrar los impuestos, pues ni con cita se recibió a la directiva de la asociación de vecinos de allí. Ese es el nivel político que tienen que afrontar los vecinos de allí. Un lugar emblemático por su Santuario, Plaza de Toros, alamedas y paisajes que están anclados en el siglo XIX respecto a infraestructuras.
No sólo económicamente, sino sanitariamente existe un problema. Nadie lo quiere ver desde los diferentes gobiernos, pero la realidad es así. La inversión de llevar el alcantarillado al poblado de las Virtudes puede ser un revulsivo económico para las localidades que allí tienen término.
En primer lugar se pasaría a ser urbano y los impuestos serían mayores, por lo tanto se recaudaría más. Hostelería, turismo, senderismo, cinegética y modelos naturales serían esenciales, profesionalmente, en aquel lugar. Aun así nadie ve inversión, ve gastos. Aunque en realidad lo que no ven son votos y por eso a nadie le importa. Ni los diferentes gobiernos, ni oposiciones. Nadie busca el bien común, ni tan siquiera reunirse con las personas afectadas, olvidadas y desahuciadas.
En segundo lugar hay que analizar que con el tiempo alguien tendrá que rendir cuentas políticas, o de otra índole, en el caso de que alguna crisis sanitaria allí surgiera. Cabe recordar que los pozos pueden llegar a ser contaminados por la falta de dicha red de alcantarillado. ¿Hasta cuándo habrá ciudadanos de primera y de segunda en un país que dice garantizar la igualdad social?
Este medio ha podido hablar con las personas que allí residen habitualmente o esporádicamente y todas concluyen en lo mismo. “No nos pueden exigir unos impuestos y no garantizarnos unos mínimos sanitarios”, “algún día pasará algo y alguien tendrá que responder”, “ni a un lado ni a otro, aquí no nos escucha nadie, sólo somos un mono de feria para las fotos de la plaza de toros”, “en pleno siglo XXI se ven gastos innecesarios y sin embargo aquí no invierten. Algo que vendría bien para la economía local y por supuesto ayudaría a que el número de habitantes habituales incrementara”.
A veces no vale con proponer por un lado y descomponer por el otro, simplemente hay que mirar por las personas que allí viven. Tanto los diferentes gobiernos como las diferentes oposiciones deberían tomar decisiones fructíferas y llevar a aquellos/as ciudadanos/as del poblado de las Virtudes al siglo XXI tal y como garantiza la Constitución.
Como hemos podido saber la Asociación de Vecinos de allí todavía espera la llamada de los diferentes líderes políticos, partidos, gobiernos y oposiciones. Porque de nada vale ponerse el pin de la Agenda 2030 si todavía hay lugares en España donde el agua y el alcantarillado no llega.
Compromiso y dignidad, esas son las palabras.
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