A veces hay que preguntarse qué tipo de sociedad somos. Si de verdad es este tipo de sociedad la que queremos dejar para las generaciones venideras.
Una sociedad donde sus políticos siguen hablando de dinero, gas, petróleo… mientras una parte del mundo huye entre bombas y nadie hace nada. Sólo han empezado a intentar salvar su economía hablando con antiguos enemigos. Véase el ejemplo de EEUU que antes de dejar de comprar el gas a Rusia ha entablado relaciones con Venezuela para salvar su culo, porque la dignidad ya no la va recuperar. Un país que mientras regaña a Rusia ha estado bombardeando allá donde ha querido por “la democracia”. Eso era en teoría en la práctica era porque buscaba algo material y un beneficio. Sí, son así de arrastrados.
Nadie va a defender a Ucrania. Han dejado el tablero con dos opciones. O Putin muere o Rusia acaba arrasando toda ucrania y a sus ciudadanos. Europa y EEUU han mandado armas, pero para que tengan algún valor tiene que haber gente que las use. Han lavado su conciencia, quizás, pero la actitud es deplorable. El mundo ha hecho un corro al lado de esta guerra como cuando el abusón del colegio le pegaba al más débil y en vez de defenderlo se hacían corrillos para animar.
No puede haber nada más rastrero y miserable en el mundo.
Sin embargo tampoco es una situación que nos deba sorprender mucho. Es algo que ha pasado siempre. Si EEUU interviene es porque va a encontrar un beneficio en el control de las materias primas o en el control gubernamental. Que cada país, allá como en la vida misma de cada persona, es libre de ir caminando y fraguando su senda a su manera, pero al menos no me digáis que lo hacéis por el bien de todos. Por el bien de todos es que la franja de Gaza también deje de ser bombardeada por el hermano pequeño de EEUU, Israel. Sin embargo como Israel es aliado nos da igual los crímenes que allí se cometen.
La guerra debería ser un duelo a dos, así sólo se matarían quienes buscan la guerra. Ninguna persona puede tener su vida a expensas del egoísmo de líderes fanáticos. Ningún niño puede perder su infancia corriendo y huyendo.
Da igual si es un país u otro, da igual si han atacado a mis amigos o no, lo primero es la defensa de los derechos humano y sobretodo los derechos a tener una infancia digna. Ante eso no hay convención, pactos o amiguismos, mientras se siga entendiendo la política como la defensa de mi amigo y no del maltratado estaremos creando una sociedad insensible.
No hablen de progreso, de si hace frío o calor, quizás no estén en la OTAN o en la Comunidad Económica Europea, pero si ahora mismo los diferentes gobiernos dejan sola a Ucrania están actuando como quienes hacen el corro esperando que el abusón acabe con el débil.
Conmigo no contéis.
God save Ukraine
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