Con la pandemia llegó el confinamiento. A lo primero todo el mundo lo vivió como algo nuevo, tiempo de renovarse y buscar nuevas inquietudes. Empezamos a cocinar, utilizar más las redes sociales, limpiar más a fondo y por supuesto cultivar la mente. La madre de todas las reflexiones fue que tras el confinamiento saldríamos mejores. Reflexión fruto del alargamiento de nuestro encierro. Por primera vez nos sentíamos como los animales de un zoo, acuario o aviario. Nuestras jaulas se abrían de vez en cuando para poder satisfacer nuestras necesidades básicas. Sin embargo algunos destellos sociales pronosticaban que nada cambiaría. Cuando era noticia la actitud de un/a vecino/a que sufría acoso o la invitación a abandonar la comunidad por su trabajo dejaba claro que el ser humano en su miedo es capaz de abandonar a su vecino/a.
Hubo personas que fueron verdaderos héroes y heroínas. Todo se centró en los sanitarios como es normal, pero sin embargo había trabajos como los de cajero, repartidor, camionero, trabajadores de supermercado… que sin los medios adecuados soportaron las avalanchas de personas por conseguir el último producto.
Es cierto que esta pandemia nos ha dejado claro que para la madre naturaleza no existen ricos/pobres, guapos/feos, hombres/mujeres… que ante ella somos todos iguales y por supuesto nos ha bajado los “humos” de creernos dioses.
En política pasa lo mismo, parece que algo mejoramos, pero en realidad seguimos igual que antes de la pandemia. Un espectro político dispuesto a conversar con todos los agentes sociales y todos los partidos políticos, sin embargo existe un variopinto grupo político, que abarca partidos de diversas ideologías, que entienden las negociaciones como carroña.
Por primera vez en la historia patronal, Gobierno y sindicatos han llegado a un acuerdo. Sin embargo parece no ser suficiente para Partido Popular, ERC o PNV. A VOX no lo cuento porque es la reforma laboral, y como diría Omar Anguita (PSOE), poco puede aportar al mundo laboral. Populares, ERC y PNV ven cada negociación como carroña para sacar el mayor partido. Son egoístas, ególatras y egocéntricos. Esa es la diferencia con el PSOE de Sánchez que no se opuso en ningún momento a firmar el pacto antiterrorista con Rajoy, porque por encima de los intereses partidistas debe estar el beneficio de la mayoría.
Un diputado de UPN dice que no se ha contado con el Congreso para la reforma. ¿En qué mundo vive? Si no se han puesto de acuerdo ni en pandemia para las líneas más básicas, si en esta ocasión se hubiese contado con el congreso no se había aprobado en lo que queda de legislatura. Además que es una ley que afecta a empresarios y trabajadores que con sus agentes sociales han llegado a un acuerdo con el Gobierno. En ese caso los diferentes grupos parlamentarios lo único que deberían haber hecho es apoyarla. ¿Cuál ha sido el problema? Que partidos como ERC y PNV no han podido sacar ningún beneficio económico o de competencias, así pues, en su egoísmo y egocentrismo deciden votar que no. Porque quizás Rufián diga que no se toca casi nada. Porque en ERC son más de cambios profundos que no se dicen, como por ejemplo lo que parece una purga de Toni Rodríguez que dirigía el departamento de anticorrupción que se dedicaba a investigar a sus superiores políticos. Rufián no habla de cómo apartaron a Trapero del cargo por no querer compartir información judicializada con sus superiores independentistas. La excusa era renovar la cúpula con más presencia femenina, como dijo Aimar Bretos en hora 25, “Trapero fue sustituido otro hombre”. De eso no habla Rufián ni ERC, un gesto que de verdad es importante porque deja la imagen de cierto “tufo” a vieja política de represión y persecución.
Señores republicanos de Cataluña y nacionalistas Vascos no nos tomen por idiotas, han visto que esta carroña estaba en los huesos y no podíais sacar tajada y como buenos carroñeros políticos os habéis puesto en contra.
¿Es la mejor reforma laboral? No. ¿Es la reforma laboral que se decía? No. Pero si apenas tocan nada ¿por qué el partido popular se opone? Porque está escondido detrás del no permanente. ¿Se consiguen derechos para los trabajadores respecto a la anterior reforma laboral? Sí. Por lo tanto se avanza socialmente como es el objetivo del Gobierno y encima el empresario obtiene el beneficio de una figura similar al ERTE para que llegar al despido sea el último recurso.
En la política actual se ha instalado el procedimiento de máximos, que viene a ser la actitud de “o se hace lo que digo o voto en contra”, así no se puede vivir en política.
Este Gobierno se equivocará en muchas decisiones y corregirá otras tantas, pero nadie le podrá acusar de no negociar con todos y con todas las instituciones, agentes y partidos políticos. Al final la actitud autoritaria abarca al nacionalcatolicismo, al independentismo catalán y a quienes todavía abogan por Dios y sus leyes viejas. Todo más propio de los años treinta que de la actualidad.
Agregar comentario