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    David García
    Historiador y Bloguero

Endogamia, populismo y nada de política

Endogamia, populismo y nada de política
Objetivo CLM - David García Huertas
Jueves, 21/02/2019 | Región | Portada, Sociedad, Opinión

      Se dice que el refranero español suele estar muy acertado. Recuerdo aquel de a río revuelto ganancias de pescadores, con un año tan electoral parece ser que el panorama político esta revuelto, seguro que algún pescador obtendrá muchas ganancias, pero quizás suela darse más habitualmente la acción de otro refrán, al que buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.  El motivo de esta reflexión es tras mi observación de cómo parece ser que todo se regenera pero al final en diferentes puestos, todos de ellos importantes, las figuras suelen ser las mismas. Como una buena partida de dominó al final todas las fichas se juntan para guardarse juntas para una partida posterior, siendo siempre las mismas. Algo así parece ser que es la política para los actuales dirigentes, algo endogámico, algo que se nutre desde la cuna, con grandes apellidos, grandes padrinos y todo cubierto de unos intereses personales donde incluso el amor pasa a un segundo plano si el padre o la madre de la pareja es una de esas figuras del dominó. Actitudes más propias de la Edad Media, actitudes que fomentan la aparición de los extremos y por supuesto el descontento de una sociedad que ve el turnismo del siglo XIX reflejado en la actualidad.

      Cuando un representante pierde una vez unas elecciones puede ser por diferentes motivos, acaba de llegar a la política, existe un rival con mucha solera y es difícil de dañar políticamente… pero siempre está la parte en la que se pierde por incompetencia del candidato/a, desgaste del mismo/a, así como que la propia formación o equipo que lleva no levanta ilusión en el electorado. Pero eso sólo puede decidirlo la sociedad. Ver como personas que llevan más de 25 – 30 años en política, sin ninguna cotización más allá de la política dice mucho de qué país tenemos. Como en todo lo que engloba la sociedad los tiempos van cambiando y van sobreviviendo los que saben adaptarse, aquellos que se parapetan en un puesto, en la oscuridad de un despacho para sumar años y años en el sistema, quizás ganen dinero, pero acabarán perdiendo la dignidad y la honra, con el tiempo también se perderán los sillones. Véase el ejemplo de Andalucía. Algo que puede reproducirse en el resto de España, no sólo en  Juntas, Diputaciones, Ayuntamientos e incluso el Gobierno sufrirán cambios, quizás no todo pero si en gran parte. Es en este aspecto donde deberían plantearse estas elecciones como algo vital, tanto la generales como las del 26 de mayo. No es culpar a las generaciones venideras de su falta de compromiso, quizás sea que nadie quiere ir con un caballo perdedor, así como tampoco con cachorros que sólo han sabido vivir al rebufo de los superiores en el partido. Las viejas guardias han tenido su momento de oro, el ejemplo a nivel nacional está en Aznar, González, Corcuera o Alfonso Guerra. Cada uno hizo un trabajo acorde a su tiempo y su ideología, pero hoy ya están desfasados, deberían si no callar, al menos respetar al votante y a los secretarios generales de los partidos. Algo así debe de pasar en las comunidades, ciudades y municipios, mientras no se proceda a renovar, a dejar de retroalimentar una endogamia  degenerativa no habrá ilusión en las filas de partidos, así como tampoco en los votantes.

       Las generales llegan en plena Semana Santa, ya han salido a protestar por la propaganda electoral que inundará las calles. Por favor sean serios. Hoy en día todo ciudadano que se preste a ver debates, escuchar radio y leer prensa sabe quiénes son los candidatos, dejen de gastar cantidades ingentes en la propaganda electoral, obliguen a los organizaciones municipales, regionales y comarcales a bajarse a la calle, que se dediquen a explicar el programa electoral en todos los municipios, ya sean de diez mil habitantes o de doscientos, en definitiva que se trabajen y se ganen el voto. Pero el imperialismo político hará que se vuelvan a gastar cantidades indigeribles en publicidad, que seguramente hará algún amigo del político y así ganamos todos.

       Entiendo que el mundo de la política es muy jugoso, que ofrece unas oportunidades magníficas para aquellos/as que sólo buscan trepar, no trabajar y simplemente en muchas ocasiones hacen de un ignorante un referente que se cree inteligente. Esto es una situación que se fragua gracias a organizaciones caciquiles que frenan la libertad de pensamiento  e instauran una corriente de pensamiento único de carácter interno.

       Los ejemplos los tenemos en los grandes partidos a día de hoy, tanto Casado y Sánchez fueron alzados a la cabeza de sus partidos porque representaban lo contrario al sistema caciquil y endogámico de la política. Representaban un aire fresco en el partido, otra cosa es lo que al final suceda en las elecciones donde a día de hoy existen otros tres partidos que están dispuestos a luchar por el poder.

         Entre tanto dime y direte, bulos, reproches insustanciales y una falta de práctica de trabajo, la realidad es que nadie hace nada de política. Se aprueban las ayudas a la vivienda y resulta que no se pueden solicitar, políticos que cobran miles de euros y que se niegan a que el SMI sea de 900, problemas económicos en sanidad y educación sin solucionar… cuando nos hablan de que los extremos no son buenos y que son alentados por ignorantes, a veces deberían darse cuenta que la sociedad cambia y está harta de ver siempre las mismas cartas de una baraja. Que aunque los extremos no son buenos a veces son necesarios para hacerles ver que ya no se quieren los mismos apellidos que hace 25 años, que por eso se pierde el compromiso social y por ello al final los pescadores acaban siendo los extremos en un río político que está revuelto y que quien puede calmarlo sigue empeñado en jugar las mismas cartas.

      A veces no todo es el poder o la ostentación, quizás sea mejor la lealtad y la humildad, algo que hoy tanta falta hace. Una sociedad que a las espaldas vierte veneno pero que a la cara te abraza sólo es un síntoma de enfermedad. A veces es mejor abrazar a pocas personas, pero leales y hoy en día la lealtad junto con la palabra y la dignidad hace mucho que se perdieron.

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