Introducirse en el mundo de la política exige al político un temple y un saber estar que pocos aúnan en su figura. Estas cualidades se demuestran en los momentos importantes y decisivos. En los momentos fáciles, donde otro político o partido es el objetivo todos creen reunir esas cualidades. Nada más lejos de la realidad.
En el devenir de estos últimos años hemos visto la aparición y desaparición de varios líderes. El modelo bipartidista sufrió el primer empaque con la aparición de UPyD. Por primera vez en mucho tiempo un partido llegaba al Congreso con un único fin, regenerar. Pero el propio entramado se encargó de fustigar a Rosa Díez y su nuevo partido. ¿El motivo? Creer en un proyecto y tener unos objetivos claros. Si ya dolía oír en el Congreso a una diputada fue la denuncia a Bankia lo que hizo que se marcaran unas líneas persecutorias y de acoso no sólo a la figura de Díez, sino a su partido. Fue cuando los ataques políticos fueron constantes. Entonces empezó el ataque mediático. Al final el acoso sobre el partido fue agobiante. Por consiguiente comenzaron los masajes a un Ciudadanos con el objetivo de catapultarlo para que éste fuese el perrillo faldero del capital. Estos masajes continuaron, cuyo objetivo era alzar la figura de Rivera, así se buscaba contrarrestar el auge de Podemos.
Daba igual lo que hiciese Ciudadanos y Rivera, siempre recibían buenas críticas. Vinieron a regenerar y acabó pactando con el PP de la Gürtel, el de la Púnica y el PSOE de los ERES. Aun así nadie lanzaba una crítica a la estafa regeneradora de Ciudadanos.
Ahora el capital ha cambiado de postura. Ahora quiere una estabilidad política y ella pasa por un Gobierno socialista sin podemos, de ahí la presión a Rivera. Ya no es todo alabanzas, ahora empiezan a soportar la presión de las críticas y las primeras bajas de importancia empiezan a sentirse en el partido.
Bienvenido a la política señor Rivera, ahora veremos de qué pasta estas hecho. Cuando un proyecto está creciendo todo el mundo quiere formar parte. Se acoge a todo el mundo, pero cuando el globo empieza a desinflarse muchos son los que huyen. Algunos empiezan a ser críticos. Otros se aferrarán hasta que salga una opción mejor. Como hizo Nacho Prendes que se catalogó como tránsfuga. Se cambió la chaqueta a pocas semanas de las elecciones desbaratando la lista de UPyD en su comunidad. Aun así su llegada al Congreso se vio recompensada con un puesto en la mesa por parte de Ciudadanos. Por aquellos entonces pocos osaron a decir nada.
De verdad, la política es algo más que egos personales, no se puede soplar y absorber a la vez. Pero no sólo Rivera tiene que reflexionar, sino todos. Primero porque el Congreso es el reflejo de aquello que el conjunto social quiere. Ellos representan una parte, mayor o menor de la sociedad y por ello es obligatorio que todos dialoguen. Siempre desde el respeto y dentro de los parámetros de la sociedad actual y sus necesidades.
Se necesita más espíritu de la Transición. Se necesita una visión progresista. Se necesita avanzar. En definitiva se necesitan políticos de altura y no de cuna.
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