Como en toda prueba democrática en primer lugar hay que felicitar al vencedor. No sólo a él y su equipo, sino a las personas que controlan demoscópicamente la sociedad que fueron capaces de acertar con esta convocatoria. Juanma Moreno enfocó la campaña educadamente sobre líneas muy generales, sin voces y dejando claro que hará lo mismo que en Madrid en cuanto a los derechos, pero de manera educada. Entendieron que los votantes andaluces no eran los madrileños, por eso los diferentes asesores encaminaron la campaña de diferente manera
Ahora toca hacer oposición útil, pero estéril. Con mayoría absoluta nada se interpondrá para hacer las políticas que beneficien sólo a unas pocas personas en detrimento del estado de bienestar. Da igual que Juanma Moreno haya tenido que devolver el dinero al Gobierno por no destinarlo al escudo social necesario por la pandemia. La orden era clara. Desgastar al Gobierno. Sin embargo en Madrid la estrategia fue al revés. Alzar más la voz, aunque en líneas generales el programa era el mismo. El objetivo es gobernar siempre para los mismos. Da igual que ahora cierren 20 centros de atención primaria, en la pandemia hubo libertad para tomar una caña.
Sin embargo la izquierda debe de empezar a reflexionar. Es cierto que el PSOE no propuso mal candidato. Un Alcalde de Sevilla que al llevar poco tiempo al frente del PSOE andaluz necesitaba más tiempo. En primer lugar para alejarse de los lemas sencillos en lo que ha basado la campaña. En segundo lugar para demostrar su valía y conocimiento de toda Andalucía y sus habitantes. En tercero, y el más importante, para unificar otra vez el voto socialista. Es muy importante olvidar el pasado en cuanto a liderazgos, primarias… el objetivo es hacer sentir a todos/as militantes y corrientes internas importantes. El debate interno es sano y necesario, pero siempre con lealtad, por encima de un liderazgo siempre está el partido, por eso todos los activos serán necesarios si quieren acabar con el dominio popular.
Las confluencias se presentaron como “Por Andalucía”, la realidad es que ya no se sabe a quién se vota. Los egos personales por tocar poder han conseguido que se pierda la ilusión por ese espectro político. Creían que matando políticamente a Pablo Iglesias todo estaría resuelto. Lo único que han conseguido es darle paz a Iglesias y a la derecha. Al primero porque ahora tiene una vida más tranquila, a los segundos porque se les hace más fácil ganar.
Teresa Rodríguez, anticapitalista en Podemos con unos ideales “claros”, ha visto que es mejor el sillón que el partido. Como quería ser la lideresa absoluta pues creó un partido “regionalista” para no perder la “bicoca”.
Viéndolo así espero que hagan todos/as una autocrítica de verdad. Porque a las personas que votan a la izquierda y que necesitan sus medidas les fastidia ver como la derecha va creciendo por la división interna. Todo fomentado por el interés personal de no volver a trabajar fuera de la política.
No nos amenacen más con el tema de que viene la extrema derecha, si ya lo sabemos. Trabajen para construir y no para dividir.
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