Hay determinados días del año que las redes sociales, las instituciones y la sociedad en general enfundan un color para hacer visible determinadas enfermedades. Cáncer infantil, de mama, cáncer en general, alzhéimer… Debo reconocer que me enorgullece ver una sociedad que se ha concienciado de lo que supone una enfermedad de este calado. Sin embargo esa acción es sólo la fachada de la realidad.
Una sociedad consciente y concienciada debe estar en la lucha. Un conflicto que levantará ampollas, que determinados sectores tacharán de “radicales” y quienes se envuelvan en esa lucha serán señalados. Pero no debe importarnos. Lo más importante es votar a partidos que protejan la sanidad pública e inviertan en ciencia e investigación. Sólo así podremos estar más cerca del control de las enfermedades y se obtendrá un grado mayor para poder superar la enfermedad.
Una sociedad valiente tiene que protestar y manifestarse no sólo contra quienes recortan y privatizan la sanidad. Esta es la peor situación para la sociedad civil, pues la sanidad se convierte en un negocio. Nuestra vida dependerá de nuestra cuenta bancaria. Esto supone una desigualdad social, pues no todas las personas podrán afrontar la enfermedad con las mismas garantías.
Algunos hablan de bajar impuestos para arañar algunos votos. En esa afirmación se esconde la realidad. Innumerables recortes en educación, servicios sociales y sanidad. Así como la escasa o nula inversión en ciencia e investigación. Es la segunda situación más ruin y deleznable. Si no hay una sanidad pública de calidad y profesionales suficientes en investigación se está segregando la sociedad según su economía. No todo el mundo tendrá la facilidad para tener un diagnóstico a tiempo, y si se recorta, quizás el diagnóstico sea tarde.
En tercer lugar está la práctica que es la de destinar nuestros impuestos a otros objetivo, malgastarlos o hacerlo en otros sectores. Entonces tienen que ser criticados igualmente. Es verdad que no debilitan la sanidad pública, pero no aprovechan los caudales económicos para fortalecerla e investigar más. Algo que provoca un embudo a la hora de hacer uso de la sanidad o que los estudios científicos tarden más en llegar a los resultados.
Lo siento mucho, esto no va de partidos ni de ideologías. La mejor manera de hacer frente a este tipo de enfermedades es con una sanidad fuerte y con estudios científicos más rápidos. Para ello se necesita dinero, lo sé, por eso pido que cuando se vote se haga a partidos que no desmantelen el pilar sanitario y científico. La salud no puede ser un negocio. Lícito, legítimo y respetado por un servidor, pero es cierto que no todas las personas pueden hacer uso de una sanidad privada. Una sanidad pública fuerte y un entramado científico ágil crea igualdad social de cara a las enfermedades.
Invertir en sanidad e investigación es hacerlo por la igualdad. Es hacerlo por la vida. Si algún político hace lo contrario que escuche nuestras protestas en la calle.
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