Grandes hazañas, héroes, memorables gestas militares, la lista de los reyes godos y una infumable catequización. Una España en blanco y negro, la España de la sumisión. Ese país que vivía en constantes tabúes, una manera de no hablar de aquellos aspectos libertarios. No se hablaba del sexo, ni de las infidelidades, tampoco se verificaban los datos oficiales, así como nadie preguntaba más allá de las tesis oficiales del regidor o del clérigo más cercano.
Parece una España lejana, pero no es así, esa España está más cerca de lo que nos pensábamos. Aquí nadie pretende arrebatar los derechos ni las obligaciones de los padres sobre los hijos. Ni tan siquiera se critican los valores que cada cual inculca a sus hijos en casa. No se mira quien lleva o no a sus hijos a misa, a los toros, al teatro, tampoco los señalan por vestirlos de nazarenos o legionarios… pero no es menos cierto que frente a los valores que se inculcan en casa debe haber una educación pública, gratuita y universal que haga llegar un abanico de valores de más calado a la sociedad infantil.
No consiste en romper el tabú sobre la sexualidad, sino el miedo a poder hablar de cualquier tema. Religión, historia reciente, política… todo ello amparado en una libertad de enseñanza que haga pensar a los niños en las diversas posturas. Luego él o ella tomarán su camino ideológico y se impregnará de unos valores personales. Consiste en hacer ver al hijo de un asesino que lo que su padre hace no es correcto en una sociedad civilizada. Consiste en que los hijos de familias desestructuradas o donde la violencia de género existe no lo vean como algo normal. Así evitaremos maltratadores y maltratadas. Consiste en hacer ver a un niño o a una niña que determinados gestos y actitudes no son propios o normales y puedan reconocer cuando sufren abusos. Así no sólo haremos libres a esos niños y esas niñas, sino que perderán el miedo a hablar y denunciar esos casos.
En eso consiste la libertad educativa, en hablar de todo con todos. Todo con el objetivo de normalizar temas y de neutralizar valores tóxicos y denigrantes. En definitiva consiste en liberar a la ciudadanía de las cadenas de la ignorancia y el miedo.
Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres. (Pitágoras)
En España existe la libertad para que un hijo reciba una educación u otra. Pública, privada o concertada. Cada padre decide donde se educa a su hijo/a por lo tanto la libertad existe, el problema es el miedo de un sector reaccionario a la libertad en su amplio espectro.
Algunos añoran el pasado. Un tiempo donde la plebe debía inclinarse, besar manos y agradecer las migajas del pan que sobraba. El problema es que como en la película de Los Santos Inocentes, algunos votan aquello que el señorito les dice por miedo.
Quizás si de una vez se estudiase la historia poniendo los puntos sobre las íes y sin censura a todo lo más reciente, cuando las instituciones fomenten charlas y puestos de trabajos relacionados con la cultura para hacerla llegar a todo el mundo… Quizás entonces se empiece a perder el miedo. Pero sobre todo, los herederos del NO-DO no tendrían tanta representación y poder.
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