A falta de menos de un mes para que se conforme gobierno como fecha máxima cada día parece más claro que iremos a elecciones. Todos los partidos parecen querer transmitir la idea de que son los únicos que están luchando para evitar unas elecciones, la realidad del análisis pormenorizado es todo lo contrario.
Por un lado el partido popular desde el primer momento se acobardó y prefirió pasar el testigo de la formación de gobierno a la segunda fuerza más votada. Aun así no paran de decir que ellos son los que deben gobernar, pero cuando pudieron decantarse por intentarlo se acobardaron, algo que ahora les quita legitimidad y les hace los principales culpables si vamos a otras elecciones. En más de una ocasión dicen que abogan por la gran coalición, de ser así habrían apoyado el pacto PSOE-Ciudadanos, pero no como buenos egoístas sólo defienden un gobierno presidido por ellos. Sectarismo rancio.
Es cierto que el PSOE lo ha intentado y que a pesar de fallar en la investidura es el que más parece estar luchando, eso sí todo indica a que falta una planificación adecuada. Firmaron un pacto con la formación de Rivera y pusieron de excusa que 161 no sumaban, no es que yo sea de ciencias pero si es cierto que suman más que 130 y encima la primera vía contaba con menos enemigos políticos. Duras críticas son las que recibió Sánchez y muchas columnas las que se rieron de él por ser el primer presidente que no consigue la investidura, pocas voces de autocrítica interna ante ese contratiempo se escucharon. La lucha interna por el poder y el veto a Podemos en las negociaciones por una parte de los socialistas sólo incrementaron el sectarismo personal interno del PSOE, Sánchez o Díaz, e incrementaron el sectarismo colérico de una izquierda que se vio traicionada, Podemos e IU.
Podemos e IU se vieron traicionados y en el debate de investidura se pudo apreciar. Es cierto que no se puede llevar a cabo una política social de izquierdas con una política económica de derechas, al igual que las negociaciones no son un mercadillo de propuestas aisladas, como bien dijo Alberto Garzón. Ahora seguimos en tablas, es cierto que es reprochable determinadas actitudes y formas de Iglesias, al igual que de dirigentes de otros partidos que han llevado a cabo acusaciones graves contra podemos y que fueron archivadas por ser confusas o inciertas. Actitudes que sólo conllevan a la bipolarización social.
Ciudadanos son los menos sectarios quizás con los grandes partidos, lo mismo le da PSOE que PP, todo parece indicar que sólo buscan perpetuase como una fuerza bisagra. En esta función ha encontrado rival, Podemos y por eso a pesar de buenas palabras entre los líderes de ambas formaciones parece que son como el aceite y el agua. Muchas dirán que ideológicamente si lo son y es cierto, pero el propio Ramón Espinar (podemos) y Zafra (diputado en la Asamblea de Madrid de ciudadanos) reconocieron en la Sexta Noche que muchas mociones votan igual porque son bien para la sociedad, algo que despeja la duda de si son tan incompatibles o no. A nivel nacional parece que no interesa y el pastel del poder solo es viable para uno y por eso ciudadanos veta a podemos y viceversa, algo que alienta el sectarismo radical.
Así es que el sectarismo de cada partido, en cada uno de ellos caracterizado de un modo y un grado puede conllevar a otras elecciones que nos costarán 200 millones de euros que pagaremos todos nosotros y ellos como dicen en mi pueblo “un buen sueldo y a verlas venir”.
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