Cuando se avecinaba el proceso electoral todos nos frotamos las manos, teníamos temática para más de un artículo. A día de hoy todo sigue más o menos igual, es una suerte tener tanto jugo que sacar todavía, pero a veces la penumbra aborda la temática política. Cada vez resulta más difícil saber qué es lo importante y que no lo es. Con las elecciones en Alemania y el auge del partido de extrema derecha llegué a una conclusión, no aprendemos.
Alemania ha sido el adalid de la gran coalición, cuyo resultado es el descontento con los grandes partidos que renunciaron a sus ideales en gran medida y que los electores se lo han dicho en las urnas. En España como viene siendo costumbre la conclusión de esa situación llegará unos meses con retraso. Tertulianos de medio pelo y firmas al servicio de los que gobiernan venderán su poca dignidad por unas migajas del pastel. Muchos no llegaran a expulsar bilis, vamos lo harán pero no de manera física, sino que se dedicarán a decir tales barbaridades que ellos mismos darán el voto a otro partido. Como sucedió el 20 de diciembre.
Con un partido popular que cada vez lleva a desengaño a más votantes, un partido socialista que cada proceso electoral pierde más votos y encima se centran más en las luchas internas que en reflotar el partido, imagino que algunos querrán que el PSOE acabe como su homólogo griego o que pase como en Alemania que ha sido el principal perjudicado. Es de primero de político llevar las críticas y los debates internos con educación y dejarlas dentro, dar una imagen de partido sólido, sólo así el PSOE volverá a ser una referencia. Bueno también añadiendo la jubilación de la guardia pretoriana que ya sólo tienen de socialista lo mismo que Pocholo de cura.
Las grandes coaliciones y las políticas de medias tintas, al final conllevan la bipolarización de la sociedad, el auge de los radicalismos, quizás no se quiera entender, pero o de verdad hacen una criba los partidos de manera interna o al final la historia les pasará por encima.
Es cierto que en España no sería la primera vez, así como en otros países, pero es que la codicia de quien gobierna a veces alcanza unos límites que cuando se dan cuenta es tarde de solucionar los problemas.
Los políticos deben entender que no es malo identificarse con la derecha o con la izquierda, lo que debería ser delito es seguir votando a quien tanto roba. Hay varios partidos a la derecha. Esta la derecha dura encarnada en VOX, la derecha rancia en el partido popular y la derecha joven y pija en ciudadanos. En la izquierda pasa lo mismo, esta la verdadera izquierda encarnad en Izquierda Unida, la izquierda renovadora en Podemos y la izquierda moderada del PSOE. Cada votante puede decidirse por el que más concuerde con sus ideales, pero recordar que votar a los que han saqueado España, han robado y mancillado la política española es ser cómplice de este atraco. La carta política es amplia, incluso el centro cuenta todavía con UPyD, a pesar del bloqueo en los medios que ha sufrido, tú decides; corrupción o regeneración.
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