El sábado 21 todo español pudo presenciar por primera vez un debate a seis. Hasta la fecha el más plural y donde más allá de intereses televisivos se apostó por la seriedad. El resultado en cantidad de espectadores estuvo muy por debajo de lo esperado, es más, cuatro cosechó unos números malos.
En un principio todo parecía indicar a un éxito de la democracia pero enseguida se mostraron tres bloques claros. El primer bloque era en el que se encuentran partido popular, partido socialista y ciudadanos. Entre ellos preguntas de “cara a la galería” donde en muchos momentos los halagos entre ellos superaba la realidad. Por otro lado estaba el bloque de izquierda unida, ahora llamada unidad popular que pasó por el debate con más pena que gloria. Quizás la marca “izquierda unidad” muy relacionada con el pasado y alejada de la frescura que aportan otros partidos. En el tercer bloque se encontraba podemos y upyd. Antagónicos en muchas de sus propuestas fueron los únicos partidos que de verdad aportaron datos claros y concisos de cuáles serán sus políticas si llegan a la Moncloa. Agresivamente preguntados por el triunvirato pp-psoe-ciudadanos, donde en más de una ocasión sólo sirvió para autorretratarse y evidenciar las carencias de ese triunvirato formado para perpetuar un régimen desfasado.
Del partido popular y ciudadanos nadie sacó nada en clave. Maroto divagando e intentando “vender” el humo negro que deja la maquinaria popular como humo blanco. Y Girauta de ciudadanos vendiendo humo como viene siendo costumbre en su partido.
Por el partido socialista más de lo mismo, un toque de soberbia y superioridad por momentos tiró por el suelo los argumentos de Patxi López. El problema es que a veces no supieron formular las preguntas correctas. Mientras Errejón preguntó al candidato de UPyD cuáles eran las diferencias entre ciudadanos y ellos, López atacó el modelo que presenta el partido magenta donde se busca la igualdad entre todos los ciudadanos sin privilegios. Pregunta que jugó en contra del socialista pues todos sabemos por palabras de Gorka Maneiro (UPyD), que a pesar de la demagogia socialista y popular sobre la igualdad son los principales defensores de esos privilegios, claro todo con un claro propósito como es el de arañar votos de donde sea en el País Vasco.
El otro partido que fue muy atacado fue Podemos, Errejón estuvo a la altura sorteando y contestando con datos las preguntas malintencionadas provenientes del triunvirato del cambio y el recambio.
Sin embargo el peor parado fue el señor Girauta, no tanto por las preguntas que le formularon, a veces parecían más halagos que preguntas para sacar los colores, sino porque estuvo muy por debajo en el debate de todos sus oponentes. Sin ninguna duda muy por debajo de su líder Rivera y el otro tertuliano habitual como es el señor Páramo.
Al final y a pesar de los ataques esta es la conclusión que se sacó. La existencia de dos grandes partidos que están perpetuados en la cima del poder, un partido que sirve de bisagra en Andalucía y en Madrid, donde no sea podido llevar a cabo el verdadero cambio que pedían los ciudadanos ni ha cumplido con la palabra de ser el verdadero cambio. Dos partidos ideológicamente opuestos pero que no sólo aportaron humo, sino que también aportaron datos y dieron muestras de querer regenerar de verdad, algo que hace que sean atacados por diversos medios porque les molesta partidos así. Y un sexto representante que pasaba por allí.
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