La Plaza de España de Bolaños se repletó de puestos de dulces y frutos secos. Se trata del ‘Día de las Almendrillas’, una de las citas bolañegas más arraigadas, que conserva su esencia con los tradicionales churros y almendras garrapiñadas.
Una ocasión también para fomentar el comercio local y la gastronomía de la tierra, ya que además del producto estrella por excelencia, las garrapiñadas, también se pudieron comprar otros alimentos y regalos en los aledaños del Ayuntamiento.
Durante la tarde y noche de ayer, los vecinos de la localidad han visitado el lugar para disfrutar de los puestos y recordar el origen de esta fiesta, que se remonta al suceso ocurrido el 3 de febrero de 1837, cuando un grupo de guerilleros Carlistas asesinaron a 20 vecinos.
Esta pequeña feria en el centro de Bolaños, simboliza la continuidad de una tradición que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Así, los bolañegos continúan llevando la ‘Pañolá’ a sus parejas, con los distintos productos comprados en la plaza envueltos en un pañuelo.
En el ámbito religioso, la Hermandad de las Ánimas Benditas también celebró una eucaristía en la Iglesia de San Felipe y Santiago, que antiguamente realizaba una rifa en su puerta para recaudar fondos. Con todo, esta fiesta ha congregado un año más a cientos de bolañegos y visitantes de otras localidades.
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