La Policía Nacional desmantela una red de delincuentes sexuales que contactaban con menores a través de apps de citas

La Policía Nacional ha llevado a cabo la operación "Terran", que ha culminado con la detención de 11 personas como presuntos autores de varios delitos de agresión sexual y corrupción de menores. La investigación, iniciada en Valdepeñas (Ciudad Real), se ha desarrollado en las provincias de Ciudad Real, Guadalajara, Toledo, Madrid, Tarragona y Málaga.

La operación se inició el pasado mes de marzo a raíz de la denuncia de una mujer que había obtenido pruebas gráficas de que su hija de 13 años había mantenido relaciones sexuales con hombres adultos. Las pesquisas determinaron que la menor había sido manipulada por estos adultos, con claras intenciones sexuales, contactando con ella a través de una aplicación de contactos para mayores de edad y, posteriormente, diferentes redes sociales.

Los agentes pudieron determinar que cinco de los detenidos habían llegado a concertar encuentros sexuales con la víctima, tanto en Valdepeñas como en la provincia de Toledo. La gravedad de los hechos obligó a los investigadores a desarrollar una compleja investigación policial en seis provincias diferentes y a utilizar complejos medios técnicos para analizar los innumerables datos ficticios empleados por los presuntos delincuentes sexuales para ocultar su rastro y su verdadera identidad.

Los investigadores verificaron que presuntamente todos los implicados actuaron a sabiendas de la edad de la menor, cuya complexión física no deja lugar a dudas sobre su edad biológica, y a la que manipularon para recibir y enviar material pornográfico autoproducido, además de concertar contactos con ella para agredirla sexualmente.

A los once detenidos, uno de los cuales ya estuvo en prisión por hechos de la misma naturaleza, se les imputa la presunta comisión de delitos de agresión sexual y corrupción de menores, tanto por procurar el encuentro con la menor con fines sexuales, como por obtener material pornográfico de la niña.

La aplicación que los detenidos utilizaban tiene más de diez millones de usuarios y una difusión de hasta 40 idiomas, permitiendo el contacto directo entre sus usuarios con una laxa verificación de identidad o edad, lo que facilita un anonimato casi total.