Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal dedicado al robo y despiece de vehículos de gama media en Madrid y Guadalajara, con detenciones de nueve personas, entre ellas dos hermanos que dirigían la operación. La organización, a la que se le imputa la sustracción de más de 50 turismos valorados en 1,25 millones de euros, utilizaba una nave agrícola en zona rural de Guadalajara para desmontar los coches y enviar las piezas a Marruecos.
La investigación, iniciada en julio de 2025 tras una denuncia por robo de un vehículo, reveló que la red sustraía entre seis y diez coches semanales, focalizándose en aparcamientos vacacionales, incluidos los alrededores del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. Los detenidos han pasado a disposición judicial por delitos de robo y pertenencia a grupo criminal, mientras continúan las pesquisas para posibles nuevas detenciones.
Estrategia para evadir controles
El modus operandi incluía dejar los vehículos robados "enfriando" hasta siete días en zonas residenciales de Guadalajara, cambiando frecuentemente de ubicación para evitar detectores de geolocalización y controles policiales. Posteriormente, los trasladaban a una nave aislada en el medio rural, donde desmontaban los turismos seleccionando componentes de alto valor.
Las piezas elegidas se cargaban en camiones de gran tonelaje con destino a Marruecos, usando vehículos lanzadera para alertar de posibles controles. Elementos menos valiosos o identificables eran destruidos o abandonados en parajes naturales. Durante el registro, se hallaron cuatro coches sin desguazar y piezas de más de 50 vehículos, algunas ya preparadas para su envío esa misma noche.
Liderazgo y operativo policial
Los dos hermanos arrestados en la nave se encargaban de vulnerar sistemas de seguridad con tecnología avanzada y supervisaban la logística. La intervención policial incluyó un despliegue operativo amplio que permitió detener a ocho integrantes durante el cargamento de un camión, y a un noveno miembro días después en Madrid.
El valor del material recuperado, sumado a la sofisticación del entramado, evidencia una red estructurada que aprovechaba la conectividad con Marruecos para comercializar piezas en talleres de reparación del país africano. La operación refuerza la colaboración internacional para combatir el tráfico de componentes robados, un delito que afecta especialmente a regiones con alta movilidad turística como Guadalajara.


































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