José Luis Perales “Premio Corazón de la Mancha - 1989”
En 1984 Radio Luz (RR) en Alcázar de San Juan, ponía en marcha, cara al fin de año, la costumbre de entregar el premio “Corazón de la Mancha” a la persona o institución local, más sobresaliente del año. Una idea del primer director de la emisora, el queridísimo radiofonista valdepeñero Carlos Guimarai; que casi 30 años después mantiene viva, el no menos admirado Bernardo Samper.
En 1989 el jurado del premio, estima que es el momento de ampliar las fronteras del galardón, abriendo el mismo a todos los castellano-manchegos, que gracias a su esfuerzo en cualquier faceta, más hubieran destacado, consiguiendo una mayor proyección nacional o internacional, ganándose el respeto y admiración de todos y un hueco en el corazón de los manchegos.
Si alguien destacaba sobradamente en aquellos años en era el compositor y cantante conquense José Luis Perales. En lo profesional, su carrera gozaba de una excelente salud, sus discos se vendían por millones, tanto es España como en Latinoamérica. El tímido compositor de mediados de los años 70”, había dado paso a uno de los artistas más completos de nuestro país. Carlos Saura sería el culpable de su reconocimiento europeo, la canción “Porque te vas”, incluida en la banda sonora de “Cría cuervos” interpretada por Jeanette sería nº 1 de ventas y popularidad en Alemania, después Roció Jurado, Julio Iglesias, Mocedades, Isabel Pantoja, Raphael y tantos otros, pondrían voz a sus creaciones y reclamarían nuevos temas que el conquense escribiría compartiéndolos con sus propias grabaciones; cita ineludible con un mercado, que reclamaba constantemente sus nuevas melodías.
“Que canten los niños”
De la mano de Manuela, su mujer; se involucra activamente en los años 80” en el proyecto Aldeas Infantiles SOS; a la organización cedería los derechos de la canción “Que canten los niños” y más recientemente “Canción para Manuela” incluida en uno de sus últimos trabajos y que el cantante y compositor dedica a su nieta.
José Luis ha dicho «La música es mi vida y a través de ella trato de poner un pequeño grano de arena para mejorar la existencia de algunos pequeños que sólo necesitan un poco de apoyo y protección para crecer y formarse en un ambiente propicio».
Tanto el calado de su obra musical como el lado humanitario del artista, le hacían sobradamente merecedor del premio. Si a todo ello le sumamos su enorme sencillez, su cercanía y su amor a la tierra a la que nunca ha renunciado, convirtiendo Cuenca en su casa y cuartel general. Por todo esto estaba claro que Perales llevaba en 1989, todas las papeletas para ser elegido Premio Corazón de la Mancha.
La entrega de premios tuvo lugar en la discoteca Vanity de Alcázar de San Juan, en una fría noche de diciembre. Lo recuerdo con gran preocupación, porque tras la gala, José Luis y Manuela, tenían que desplazarse en coche hasta Cuenca y a nadie le voy a contar la temperatura que se registra a las 2 de la madrugada, en esas fechas, en varios tramos de la carretera entre Alcázar y la ciudad de las casas colgadas.
Clara Isabel Rivas con la ayuda de Domin Villarejo y Miguel Ángel Paniagua, serían los encargados de conducir la gala. Entre los artistas invitados, destacaba la presencia de Maribel Llaudes “Karina”, que vino a recoger el trofeo como “Mejor cantante de nuestra vida”.
El momento estelar de la velada lo supuso la salida al escenario de José Luis Perales, entre las aclamaciones del pueblo que abarrotaba la sala. El trofeo era un retrato del artista que reproducía la portada de uno de sus discos, pintada por Francisco Valbuena, esa inmensa figura de la pintura castellano-manchega, con la que siempre estaremos en deuda.
José Luis agradeció el premio y hablo de la ilusión con la que su mujer y el abordaban su colaboración con Aldeas Infantiles; creo que su inmensa humanidad andaba aquellos años, enfrentada a su tenaz timidez; algo que sí cabe, hace más grande al hombre y al artista.
Había conocido a José Luis en 1980; los Hermanos Heredia cerraron a comienzos de ese año su contratación con la comisión de fiesta del ayuntamiento de Campo de Criptana, presidia entonces por el añorado Antonio Calonge. Su actuación se convertiría en el plato fuerte de las fiestas patronales, hasta el punto que el recinto del parque, quedo pequeño para atender la demanda de entradas por lo que excepcionalmente la actuación se repetiría al día siguiente.
Nueve años después tenía el privilegio de entregarle el Premio Corazón de la Mancha 1989; hoy disfruto con el recuerdo de estos momentos narrados y con las nuevas composiciones que de cuando en cuando nos regala, este gran manchego universal.
Nicolas Ramos Pintado
Periodista
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