Ciudad Real vive una noche de recogimiento en la procesión del Santo Entierro, acto central de su Semana Santa

La procesión del Santo Entierro, acto oficial de la Semana Santa ciudadrealeña, llenó las calles del centro de solemnidad y devoción este Viernes Santo. El alcalde, Francisco Cañizares, junto a la Corporación Municipal y representantes políticos, acompañó el recorrido del Santo Sepulcro desde la Iglesia de la Merced, en un evento declarado de Interés Turístico Nacional que atrajo a miles de fieles y visitantes.

Un cortejo institucional y religioso

El cortejo, presidido por el párroco Adriano Delgado, incluyó las imágenes del Descendimiento y la Virgen de las Angustias, aunque este año no participaron Nuestra Señora de los Dolores y el Cristo de la Piedad. Las calles se tiñeron de silencio mientras las cofradías avanzaban escoltadas por cuerpos de seguridad y voluntarios. Cañizares, acompañado por el concejal de Tradiciones Populares, Pedro Lozano, resaltó que este acto "refleja el compromiso con un patrimonio cultural y espiritual que define nuestra identidad".

Reconocimiento a las hermandades y seguridad

El alcalde agradeció la labor de las hermandades, así como la coordinación de policía, bomberos y servicios municipales, que garantizaron el desarrollo "impecable" de la jornada. "Mantener viva esta tradición no solo enriquece nuestra fe, sino que fortalece el atractivo turístico de la ciudad", afirmó. La Asociación de Cofradías y representantes de la Junta de Comunidades también estuvieron presentes, subrayando el carácter transversal del evento.

Lluvia en el tramo final

Aunque la procesión transcurrió con normalidad y alta participación, un aguacero sorprendió al final del recorrido, cuando las imágenes ya se refugiaban en sus templos. Pese a ello, la jornada reforzó el arraigo de una celebración que, como señaló Cañizares, "trasciende lo religioso para convertirse en un símbolo de unidad y orgullo colectivo".

Con esta procesión, Ciudad Real reafirma su lugar en el mapa de las Semanas Santas españolas, combinando fervor, patrimonio y una logística que año tras año supera desafíos climáticos para preservar una tradición centenaria.