La Consejería de Desarrollo Sostenible ha iniciado esta semana el marcaje y seguimiento mediante GPS de ejemplares de codorniz común en Castilla-La Mancha, un proyecto pionero que busca mejorar el conocimiento sobre el estado de sus poblaciones. El primer dispositivo se ha colocado en un ejemplar de la provincia de Ciudad Real, en colaboración con el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), la Universidad de Barcelona, el Centre Tecnològic Forestal de Catalunya y la Fundación ARTEMISAN.
“La codorniz común es una especie difícil de censar que precisa métodos específicos”, ha explicado el viceconsejero de Medio Ambiente, José Almodóvar, quien ha detallado que el programa se puso en marcha el año pasado para obtener datos que se incorporarán al grupo de trabajo de aves de la Comisión Europea. La iniciativa permitirá analizar patrones migratorios, áreas de reproducción y amenazas ambientales que afectan a esta ave, catalogada como vulnerable en numerosas regiones.
El marcaje con GPS se enmarca en un esfuerzo más amplio para diseñar estrategias de conservación basadas en evidencia científica. Los datos recopilados ayudarán a establecer medidas que garanticen la supervivencia de la especie, cuya población ha disminuido notablemente en las últimas décadas debido a factores como la pérdida de hábitat y los cambios en prácticas agrícolas.
Castilla-La Mancha, que alberga algunas de las principales zonas de cría de la codorniz en la península, se posiciona así como referente en la aplicación de tecnología innovadora para la protección de la biodiversidad. Los resultados de este proyecto podrían extrapolarse a otras regiones europeas con desafíos similares.


































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