A la conferencia impartida por Jesús Nicolás Torres asistieron decenas de personas, muchos de ellos estudiantes de secundaria y bachillerato
El turismo en el franquismo cerró el XI Ciclo de Conferencias “Valdepeñas y su Historia”Objetivo CLM La ponencia “¿Turismo en la Mancha? Valdepeñas en los itinerarios turísticos del franquismo” cerró ayer el XI Ciclo de Conferencias “Valdepeñas y su Historia”, una iniciativa del Consistorio que se celebra con carácter anual y que pretende aportar datos de las nuevas investigaciones que se están realizando y se pueda arrojar luz sobre periodos que se desconocen de la historia local. Antes de dar comienzo la ponencia, a la que asistieron decenas de personas, muchos de ellos estudiantes de secundaria y bachillerato, el Teniente de alcalde de Cultura, Turismo, Comercio y Educación, Manuel López Rodríguez, que señaló que “el franquismo no solo se preocupó del turismo del sol y playa, sino que también potenció el turismo de interior, pudiéndose Valdepeñas beneficiar de eso”. En este sentido apuntó que “la posición estratégica que tuvo Valdepeñas en el diseño del Camino Real, que luego se convierte en la Autovía N-IV, y luego la llegada del ferrocarril hacen unas vías de comunicación importantes para Valdepeñas que provocó un trasiego importante de gente del que la ciudad se pudo beneficiar”. Por su parte, el ponente Jesús Nicolás Torres, de la Universidad de Oviedo, explicó durante la conferencia algunas anécdotas centrándose en “cómo en el primer tercio del siglo XX Valdepeñas empieza a aparecer en las primeras guías automovilísticas como la guía Mercedes de 1907 o la guía Michelín de 1911, para ir ya evolucionando en el franquismo cuando se empiezan a crear las primeras rutas turísticas derivadas de las rutas de guerra, pudiendo ver ya diferentes hoteles, monumentos y bodegas”. Retrocediendo a los años del franquismo, en la ponencia se abordó cómo no solo existieron turistas interesados en el «sol y playa», en menor medida también existió un movimiento que buscaba conocer el interior peninsular, un turismo de interior de carácter patrimonial que la administración de la época impulsó a través de diferentes campañas, rutas e itinerarios que incluyeron también a Valdepeñas, parada imprescindible de muchos de esos viajes. |

































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