Primera Ley estatal de acceso a la vivienda en democracia: un paso decisivo en la dirección correcta con evidentes debilidades>> Amnistía Internacional valora positivamente que hoy se haya aprobado en el Congreso de los Diputados Objetivo CLM Amnistía Internacional valora positivamente que hoy se haya aprobado en el Congreso de los Diputados, la Ley por el Derecho a la Vivienda, conocida como Ley de Vivienda. Durante años, los movimientos sociales y diferentes organizaciones han denunciado la situación de crisis del derecho a la vivienda y han trabajado para que esta Ley, la primera estatal en democracia, sea una realidad. La nueva ley cuenta con aspectos positivos como la contención de los precios de los alquileres, el incremento del plazo para la suspensión de desalojos, o la protección e incremento del parque público de vivienda, entre otros; pero sigue sin dar respuesta a algunas cuestiones esenciales para el cumplimiento de este derecho en España. "El Estado tiene la competencia de regular las condiciones básicas para el acceso a este derecho y sobre esta base, la ley puede y debería incluir: un régimen sancionador para que se respeten las obligaciones en materia de control de precios, la prohibición de desalojos para personas que por su situación de vulnerabilidad no cuenten con alternativa para acceder a otra vivienda, o la adopción de unos porcentajes mínimos anuales para que las comunidades autónomas incrementen el parque de vivienda social y se vincule la financiación al cumplimiento de los mismos.", declaró Marta Mendiola, investigadora de Amnistía Internacional. "Todavía estamos a tiempo para que el Senado incorpore estas mejoras en la ley, reconociendo además el derecho a la vivienda como un derecho subjetivo, es decir que se blinden las garantías de protección de las personas, y se establezca un régimen sancionador y de rendición de cuentas cuando la ley no se cumpla". Contención de precios, efectividad en riesgo por la falta de sanciones Por primera vez, se instaura un marco de contención de precios a nivel estatal, a implementar por las comunidades autónomas. Para ello, se han mejorado algunas medidas legislativas durante el trámite parlamentario:
Sin embargo, Amnistía Internacional lamenta la falta de un régimen sancionador por incumplimiento de las obligaciones que establece la ley y un sistema de inspección que asegure el cumplimiento de dichas obligaciones. Además, este régimen queda a la voluntariedad de las comunidades autónomas que "pueden" desarrollar reglamentariamente las bases metodológicas de dicho sistema y los protocolos de colaboración e intercambio de datos con los sistemas de información estatales y autonómicos de aplicación, lo que puede provocar indefensión en las personas que residan en las comunidades autónomas que posterguen o no regulen esa contención de precios. Desalojos, aún lejos de los estándares internacionales de derechos humanos El texto legislativo establece mejoras en el procedimiento para llevar a cabo desalojos, aportando mayores garantías a las personas que están en riesgo de sufrirlo:
Sin embargo, la ley de vivienda sigue incumpliendo las recomendaciones de Naciones Unidas y omite las condenas a España del Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales por no garantizar vivienda alternativa a personas sin recursos. Si bien la ley incluye que las administraciones, locales y autonómicas competentes en vivienda y asistencia social, entre otras, presentarán una propuesta de alternativa de vivienda digna y posibles ayudas económicas de las que se pueda ser beneficiaria las personas que enfrenten un desalojo, la ley sigue sin exigir que exista una vivienda alternativa previa a un desalojo de personas sin recursos. Amnistía Internacional subraya que es una obligación internacional del Estado asegurar que ninguna persona quede sin hogar como consecuencia de un desalojo si no tiene recursos. Amnistía Internacional recuerda también, que las empresas, tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos y de asegurar que el desalojo es siempre el último de los recursos y que el Estado tiene la obligación de proteger a las personas, por lo que la ley debería incluir medidas que protejan en mayor medida a las personas garantizando por ejemplo la exigencia a las empresas de ofrecer un alquiler social a personas en situación de vulnerabilidad previo al desalojo. Parque de vivienda social, insuficiente para cubrir la urgente necesidad social Amnistía Internacional recuerda que el propio proyecto de ley reconoce que el parque de vivienda social "apenas ofrece cobertura a un 1,6 por ciento de los 18,6 millones de hogares que habitan en España, lo que contrasta con los porcentajes sensiblemente superiores al 15 por ciento registrados en algunos de los principales países de nuestro entorno, como Francia, Reino Unido, Suecia, Países Bajos, Austria o Dinamarca, considerando el total del parque de vivienda social". La ley establece medidas positivas para garantizar e incrementar el parque de vivienda social.
Sin embargo, para dar respuesta a la urgente necesidad de acceso a este derecho es necesario que la ley establezca un mínimo porcentaje de incremento anual del parque público de viviendas que las comunidades autónomas deberían respetar, y establezca que la financiación se condicione al cumplimiento de estos objetivos. La ley debería prever asimismo un régimen de carácter permanente para todas las viviendas de protección pública y la imposibilidad de descalificarlas, con el objetivo de garantizar el acceso a la vivienda para personas en situación de vulnerabilidad. Estas mejoras permitirían contar con un parque de vivienda social suficiente y mantenido en el tiempo. Otros aspectos a mejorar en la nueva ley: discriminación y enfoque de género
Información complementaria La primera Ley estatal de Vivienda en democracia, anunciada en octubre de 2020, llega tras 14 meses de tramitación parlamentaria desde su aprobación por el Consejo de Ministros en febrero de 2022. En este tiempo, las dificultades de acceso a la vivienda derivadas de la crisis de 2008 se han visto agravadas por el contexto de incertidumbre económica, el encarecimiento del coste de la vida y el galopante aumento de precios de la vivienda y la consecuente pérdida de poder adquisitivo de la población. Además de las demandas de la sociedad civil y el Defensor del Pueblo, la ley ha sido reclamada a España por organismos internacionales, como el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y los Relatores de pobreza extrema y vivienda de Naciones Unidas, así como desde el Consejo de Europa tras la visita que la Comisaria de Derechos Sociales realizó a España el pasado otoño. |
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