Se acerca la Navidad otro año más. Resulta patente en la decoración, las compras para organizar las cenas de final e inicio de año y de las ilusiones de los más pequeños. Sin embargo, siendo menester de esperanza de los mayores, ya llevamos unos meses comprando nuestra afamada lotería de Navidad con el anhelo de ser los afortunados en el sorteo y al menos poder disfrutar de un “pellizco” de dinero que nos facilite un poco la vida. Parece una causa que tenga un marcado fin social.
Y así fue en sus inicios, en el reinado de Carlos III cuando se creó la Lotería Real en una norma de 1763, el rey considera oportuna la creación de esta para que sea a beneficio de hospitales, hospicios y otras obras con fines sociales públicas, siendo su punto de partida la ciudad de Madrid, debido a que los gastos para las arcas públicas en el mantenimiento de estas instituciones eran muy elevados.
El juego era bastante primitivo en comparación con la actual Lotería, puesto que consistía en escoger cuantos números se quisiera del 1 al 90 y la mano inocente de un niño con los ojos vendados, extraía de una bolsa que contenía 90 bolas numeradas las cifras premiadas.
De todas formas, no fue hasta 1812 en la ciudad de Cádiz concretamente un 4 de marzo cuando se crea nuestra actual Lotería de Navidad, pasando a denominarse Lotería Primitiva Nacional. Coincidiendo este evento con otro de marcada transcendencia histórica como fue la promulgación de la Constitución de Cádiz de 1812, comúnmente conocida como “La Pepa”.
En 1818 se organiza un sorteo especial que coincide con las fiestas de Navidad, aunque no fue hasta 1839 cuando se comienza a celebrar de forma regular. Por otra parte, no fue hasta la década de 1880 cuando aparece el sorteo del niño.
Casi cien años después de la aparición de la Lotería Primitiva, esta desaparece en el año 1862, para rellenar este hueco se decide aumentar el número de sorteos mensuales.
Una vez entrado el siglo XX se generó un fenómeno de apogeo de los sorteos de lotería. En 1924 nace un sorteo que sigue en nuestra actualidad, tal y como es el sorteo de la Cruz Roja. En 1946, nace la Quiniela.
No fue hasta 1985 cuando llega la nueva Lotería Primitiva, en 1988 se celebra el primer sorteo de la Bonoloto. Y en 1993 llega El Gordo de la Primitiva. Las novedades llegan en el siglo XXI con la lotería europea de Euromillones, las apuestas deportivas del Quinigol y como todas las cosas, aunque tengan su fin, parece que las loterías continúan evolucionando adaptándose a su tiempo.
Resultando ser la parte menos agradable para el participante, lo cierto es que nuestra Administración de Hacienda también tiene algo que decir en los sorteos de lotería, obviamente en cuanto a sus premios. Puesto que, al tratarse de un beneficio obtenido por el afortunado, este no queda libre de el correspondiente pago a Hacienda.
Estos pasados años, los premios que excedieran del importe de 2.500 euros estaban sometidos al correspondiente tributo a Hacienda. Quizás, como consecuencia de la mejoría de la economía o de la poca popularidad de la antedicha medida, a la par ambas visiones románticas de la realidad, se produce un cambio en la norma.
A día de hoy una vez se empieza a aplicar la ley que desarrolla los Presupuestos Generales del Estado para 2018 se establece un aumento en las cantidades exentas de tributación (que no se lleva a cabo pago a Hacienda) disponiendo un período de tránsito, así pues: la cantidad de 10.000 euros obtenida en los premios del presente período 2018 estará libre del pago de impuesto y la parte que exceda estará sujeta al pago del 20% como porcentaje aplicable a los premios a efectos de pago a Hacienda. Para los períodos de 2019 y 2020 se incrementan las cantidades exentas de tributación en 20.000 y 40.000 euros respectivamente, lo que ya suponen cuantías bastante estimables y que, por consiguiente, al menos generan un mayor ánimo en la participación en los sorteos de loterías.
En cuanto al tipo de gravamen, es decir; el porcentaje que se aplica al premio obtenido en estos sorteos es del 20%. Para mayor aclaración si plantemos un ejemplo práctico: si a una persona le toca en este sorteo del año 2018 una cantidad de 20.000 euros, los primeros 10.000 no están sujetos al pago de Hacienda, sin embargo, los otros 10.000 restantes están sujetos al pago del 20% de dicha cantidad como impuesto, resultando el abono de 2000 euros. En definitiva, el premio neto que podríamos disfrutar quedaría en 18000 euros.
Visto lo anterior, ya solo queda comprar lotería para optar a ser los afortunados, y si ya la tienes aguarda a tu suerte. Y al menos, si no te toca, espero que pases unas felices fiestas y disfrutes en compañía.
Humildemente dedico este artículo a mi amigo Francisco el granadino, puesto que él fue quien tuvo la idea de hacerlo y en estima.
“Una de las alegrías más seguras y generosas de la vida proviene de ser feliz por la buena fortuna de los demás.” Robert A. Heinlein (1907 – 1988) escritor estadounidense de ciencia ficción.
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