El 12 de diciembre de 2018 se aprobó en el Parlamento Europeo, con 474 votos a favor, 152 en contra y 40 abstenciones, el acuerdo de asociación económica entre la UE y Japón. Este pacto ha entrado en vigor el pasado 1 de febrero, creando un área de libre comercio donde residen alrededor de 640 millones de personas y alrededor del 30% del PIB mundial.
Además, con un apoyo aún mayor en la cámara europea (535 votos a favor, 84 en contra y 45 abstenciones) se dio luz verde al acuerdo de asociación estratégica, que ampliará la cooperación en energía, educación, investigación y desarrollo, así como la lucha contra el cambio climático y el terrorismo.
La comisaria de Comercio europea, Cecilia Malmström, declaró tras la aprobación que, “junto con Japón, estamos enviando un claro mensaje al mundo de que dos de sus mayores economías todavía creen en el libre comercio, oponiéndose tanto al unilateralismo como al proteccionismo. Los beneficios económicos de este acuerdo son claros”.
Japón es la cuarta economía mundial, siendo el segundo socio comercial de la UE, tan sólo superado por China. Sin embrago, aunque Japón es el tercer mercado de consumidores del mundo, está en la séptima posición en cuanto al volumen de exportación europea.
Con este convenio se estima que las empresas europeas se ahorrarán 1.000 millones de euros al año en derechos de aduana y acabará, en un plazo de 15 años, con la gran mayoría de aranceles (el 97%) entre las dos partes.
El sector agroalimentario ha sido uno de los más beneficiados, ya que productos como el queso, el vino, la carne de vacuno y cerdo, la pasta, el chocolate o las galletas quedarán libres de gravámenes de manera inmediata o tras el citado período transitorio. De las 204 denominaciones de origen europeas (indicaciones geográficas en los términos del acuerdo) que han sido reconocidas y serán protegidas en Japón, 42 son españolas, de sectores como el de bebidas, aceite de oliva, jamón o turrón, entre otros.
El acuerdo abre también los mercados de servicios. En particular, los servicios financieros, el comercio electrónico, las telecomunicaciones y el transporte. Además, garantiza a las empresas de la UE el acceso a los grandes mercados de contratación pública de cuarenta y ocho grandes ciudades japonesas y elimina los obstáculos a la contratación pública en el sector ferroviario, con gran importancia en Japón.
De 2009 a 2017 las empresas españolas han duplicado el valor de las exportaciones a Japón, pasando de 1.200 millones a 2.400. En cuanto a los servicios, las exportaciones se incrementaron un 28.9% en 2017 con respecto a 2016. Sin duda, esta tendencia se verá incrementada a partir de la entrada en vigor del tratado que nos ocupa.
Según informa el ICEX, este organismo va a publicar a lo largo de 2019 alrededor de una treintena de estudios y fichas sobre el mercado japonés que permitirán tener una valiosa información sobre diferentes sectores, como, por ejemplo, el porcino, la maquinaria o la cosmética.
Además, como en el resto de los mercados, el ICEX tiene en Tokio la oficina económica y comercial para Japón, donde ofrece una serie de servicios que pueden ser contratados por las empresas españolas, como información personalizada de mercados exteriores, agendas de reuniones de negocios, identificación de socios comerciales o apoyo en destino, entre otros.
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