Tamajón celebra su día grande con una procesión histórica de la Virgen de los Enebrales entre sabinas centenarias

Tamajón ha vivido este 16 de agosto el día central de sus fiestas patronales con la procesión de la Virgen de los Enebrales, un evento que ha congregado a vecinos y devotos de la comarca. La imagen, portada a hombros desde su ermita hasta la Iglesia de la Asunción, recorrió un paisaje de sabinas y formaciones rocosas bajo la música tradicional de los Gaiteros Mirasierra, que han acompañado esta tradición durante más de dos décadas.

Preparativos y actos previos

Los festejos comenzaron el 14 de agosto con el ritual de vestir a la Virgen, realizado por mujeres de la localidad. Al día siguiente, en la festividad de la Asunción, se celebró una ofrenda floral con decenas de participantes y el pregón a cargo del diputado Paco Núñez, quien elogió la conservación de las tradiciones agalloneras.

El recorrido emocional

La procesión del sábado partió a las 20:30 horas desde la ermita, enclavada cerca de la Ciudad Encantada de Tamajón. El trayecto, jalonado por enebros y rocas, incluyó momentos destacados como la participación de mayores que portaron las andas pese a su edad, nietos observando con orgullo y vecinos que esperaban en puntos estratégicos para recibir a la patrona. La ausencia del gaitero Valentín Pérez, hermano de honor de la hermandad, fue señalada con deseos de pronta recuperación.

En la explanada de la iglesia, el subastador Darío Santos dirigió la puja por el derecho a cargar las andas, seguida del himno colectivo y el rito del paso por el manto, símbolo de protección. La Virgen lucía un manto bordado por una vecina anónima de Humanes, en contraste con el que usará en su regreso a la ermita el segundo domingo de septiembre.

Preservación del patrimonio

Elvira Gamo, presidenta de la Hermandad de la Virgen de los Enebrales, ha destacado el trabajo de sus casi 300 hermanos para mantener viva esta tradición. Este año, la ermita ha sido renovada con reparación de cubiertas, pintura integral y la instalación de una inscripción del siglo XII recuperada de archivos históricos. Proyectos futuros incluyen un retablo y una nueva peana, pendientes de financiación.

Las fiestas, definidas por Gamo como «un ejemplo de patrimonio inmaterial», refuerzan la identidad local mediante rituales como el vestido de la imagen, las dulzainas y las subastas, que vinculan a generaciones bajo la advocación de «La Serrana».