La Solana vive una Semana Santa de renovación con nuevas túnicas, portadores y coordinación entre cofradías>> Jesús Rescatado y la Virgen de la Soledad protagonizan las principales novedades en procesiones históricas Objetivo CLM La Semana Santa de La Solana (Ciudad Real), ha brillado este año con un equilibrio entre la preservación de sus raíces centenarias y la introducción de innovaciones que revitalizan sus procesiones. Desde el Jueves Santo hasta la madrugada del Viernes, cofradías históricas como la Santa Vera Cruz, Jesús Rescatado y el Santo Sepulcro desplegaron un programa cargado de simbolismo, emoción y ajustes cuidadosamente planificados. Jueves Santo: Recuperación de esencias históricasLa tarde del Jueves Santo marcó el inicio con la Procesión de la Santa Vera Cruz, la más antigua de La Solana. Bajo un cielo despejado, la cruz parroquial y el estandarte de la cofradía abrieron el cortejo desde la parroquia de Santa Catalina, seguidos por el Niño Jesús, custodiado durante todo el año en el convento de las Monjas Dominicas. La Banda de Jesús Nazareno de Membrilla acompañó al paso de Jesús Orando en el Huerto, cuyas imágenes recuperaron detalles olvidados: el Ecce Homo —conocido como "el de la capilla colorá"— volvió a lucir su túnica morada original, mientras el Cirineo del paso de Jesús de la Cruz a cuestas eliminó añadidos recientes para respetar su talla histórica. El momento más emotivo llegó con el Cristo del Amor, que portó el sudario original de 1936, salvado de la destrucción durante la Guerra Civil. La Banda Municipal interpretó la marcha homónima compuesta por Ángel Sancho, mientras la Virgen de la Esperanza desfiló con un atuendo simplificado —blanco y verde—, eliminando elementos accesorios de años anteriores. La alcaldesa, Luisa Márquez, y el párroco Benjamín Rey encabezaron un recorrido que congregó a miles de personas, confirmando el arraigo de esta tradición. Madrugada de Viernes Santo: Innovación bajo las estrellasEn la madrugada del Viernes Santo, la procesión de Jesús Rescatado y la Virgen de la Soledad partió del convento trinitario, a pesar de las obras en curso. La novedad más destacada fue el trono renovado de la Virgen de la Soledad, llevado por 60 portadores internos —divididos en dos turnos—, un cambio logístico que requirió adaptar la estructura del trono. Su salida, envuelta en aplausos, contrastó con la solemnidad de Jesús Rescatado, quien estrenó una túnica morada austera con cordones dorados y escapularios donados por devotos. El Niño Jesús, por su parte, lució una nueva túnica blanca, mientras la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús Rescatado, con uniformes inspirados en la marina, y la Banda Municipal —interpretando Soledad de la Madrugá— acompañaron el recorrido. El párroco Óscar Casas recordó desde la lonja del convento el Año Jubilar y los 50 años de la canonización de San Juan Bautista de la Concepción, vinculando fe e historia en un discurso que resonó entre los asistentes. Viernes Santo: Silencio y solemnidad en el Santo EntierroLa noche del Viernes Santo alcanzó su clímax con la Procesión del Santo Entierro, un acto coordinado entre las hermandades de la Virgen de las Angustias y el Santo Sepulcro. Por primera vez, los pasos de la Virgen partieron desde su nuevo guarda pasos en la calle Águila, cerca de la ermita del Calvario. La Virgen de las Angustias desfiló con una bandera donada recientemente, mientras el Santo Sepulcro entró en la ermita de Santa Quiteria escoltado por seis agentes de la Guardia Civil, bajo un silencio solo interrumpido por el repique de la campanilla de sus portadores. Las «Manolas» —mujeres vestidas de luto riguroso— y figuras vivientes como la Verónica, la Magdalena y la Samaritana acompañaron a la Virgen de la Soledad, cuya entrada al templo, compleja por una rampa estrecha, se realizó con precisión a pesar de ser su primera vez. El acto, presidido por los párrocos Casas y Rey, junto a la alcaldesa Márquez, mantuvo una atmósfera de recogimiento, rota solo brevemente por el bullicio de la Plaza Mayor. A las 00:20 horas, cuando la Virgen concluyó su regreso, un aguacero torrencial cayó sobre La Solana, cerrando simbólicamente la jornada. El alma de la tradición: Saetas, incienso y comunidadA lo largo de las procesiones, las saetas brotaron espontáneas en calles como Carrera o las Monjas, mientras el incienso impregnaba el aire, mezclándose con el murmullo de miles de espectadores. Estos detalles, junto a la participación de bandas locales y la adaptación de las cofradías a nuevos desafíos, reafirmaron a La Solana como un referente de la Semana Santa manchega. Aquí, la historia y la innovación convergen: desde túnicas que rescatan diseños antiguos hasta tronos adaptados para portadores jóvenes, cada cambio honra el pasado mientras mira al futuro. Una Semana Santa que, incluso bajo la lluvia, demostró que la fe y la tradición siguen vibrando con fuerza en el corazón de La Mancha. |
Destacar que soy el capataz del trono de la virgen de la Soledad de la cofradía de la esclavitud de Jesús Rescatado y que el número de portadores que iban en el paso de la virgen era de 55 y que salió con 35 y el resto se dividió en 4 relevos para así hacer la misma penitencia todos por igual a lo largo de toda la procesión que duró 3:30 horas