La parroquia de Santa Catalina en La Solana (Ciudad Real), ha celebrado su tradicional Belén Viviente con un crecimiento notable en número de escenarios y participación social. La actividad, desarrollada durante las tardes del viernes y sábado, movilizó a unas 200 personas y contó con una magnífica respuesta de público que recorrió las distintas escenas guiado por voluntarios que ofrecían explicaciones de cada momento representado.
Este año el Belén se extendió por diversos espacios del casco urbano, comenzando en la Plaza Mayor con la recreación de la vida cotidiana y oficios tradicionales como frutero, panadero, carpintero o vendedores de telares. El recorrido continuaba en la parte trasera de la iglesia de Santa Catalina con la Anunciación a la Virgen María, seguido del campamento de los Reyes Magos en La Lonja y la escena de los pastores con el anuncio del ángel. La ruta incluía un original itinerario por las cuevas de la Casa de la Iglesia, donde se representaban la Creación, las promesas de los profetas y finalmente el nacimiento de Jesús.
José Ramón García, responsable de catequesis de la parroquia, explicó que el objetivo de esta edición fue "abrirlo a más gente del pueblo y también extenderlo más en el espacio", destacando la importancia de los guías ya que "cada grupo completará el recorrido con un guía que les dará una pequeña explicación de lo que se van a encontrar en cada escena".
La elevada implicación social ha sido uno de los aspectos más destacados, con la colaboración de los grupos de catequesis, catequistas, familias, voluntarios, el Centro de Mayores, asociaciones de mujeres, la Asociación Cultural Amigos de la Zarzuela, las hermandades de San Antón y la Santa Veracruz, así como el ayuntamiento de La Solana. García destacó que "no solamente participan los grupos de catequesis, sino que hemos abierto la actividad a todo el pueblo".
El realismo y belleza de las escenas fueron posibles gracias al cuidado atrezo con vestimentas de la época y decorados elaborados con esmero, algunos con elementos naturales que aportaban mayor autenticidad. El Belén culminaba en el patio de la Casa de la Iglesia con un mercadillo solidario a beneficio de Cáritas Interparroquial, donde se ofrecían dulces, adornos navideños, jabones, velas y otros objetos donados. García subrayó el "doble objetivo: la evangelización propia de estas fechas y la ayuda a Cáritas, que gracias a estos ingresos puede apoyar a muchas familias durante todo el año".



































Agregar comentario