Posesiones de la Órden de Calatrava. Décima Parte

En nuestro peregrinaje por España de la mano de la Orden Calatrava dejamos atrás las tierras levantinas y nos acercamos hasta el sur de la Península

imagen de Posesiones de la Órden de Calatrava. Décima Parte
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Lucía Ballesteros Ruiz
Lunes, 01/09/2014 | Región, Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Toledo, Nacional, Internacional, Puertollano, La Mancha | Portada, Sucesos, Sociedad, Salud, Cultura, Ciencia, Tecnología, Economía, Opinión, Deportes, Política, Turismo, Medio Ambiente, Gastronomía, Fiestas

En nuestro peregrinaje por España de la mano de la Orden Calatrava dejamos atrás las tierras levantinas y nos acercamos hasta el sur de la Península. El lema del escudo de la ciudad de Jaén reza “Muy noble y muy leal ciudad de Jaén, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla”. Y a esta guarda y defendimiento contribuyeron los Caballeros de la Orden de Calatrava.

En la localidad de Jamilena se conserva la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad. Un proyecto iniciado en el siglo XVI por Carlos V para albergar un convento de monjas calatravas. Con anterioridad había sido una iglesia medieval. Su construcción se debe a Francisco Castillo “El Mozo”, alumno del arquitecto italiano Jacopo Vignola; se finalizó en el siglo XVII de la mano de Juan Sequero de la Matilla.

Este templo secunda a la perfección los cánones planteados por Vignola para las iglesias jesuíticas, a saber, nave única con capillas hornacinas a los lados. El retablo es obra del escultor Francisco Palma Burgos. La Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1993.

Martos debido a su situación estratégica se convirtió en un centro importante para la Orden de Calatrava. El Castillo de La Peña, de planta trapezoidad, junto con el castillo de la Villa, fue antemuro primordial  para la protección, por parte de la Orden de Calatrava, de los Reinos de Castilla de los ataques del reino nazarí. Posicionado sobre la Peña de la que recibe su nombre presenta una altitud de mil metros.

Sus cimientos son los restos de una antigua fortaleza árabe que a su vez surgió de una fortificación ibero-romana. Declarado en 1985 monumento histórico junto con el castillo de la Villa o alcazaba baja. Se divide en su interior en dos ámbitos: el alcazarejo y el patio de armas.

El sector suroeste alberga la torre del homenaje realizada sobre mortero, mampostería y sillería. De estilo rectangular y cabida para una gran guarnición. El lado sur mantiene su altura primigenia, desde ella podemos contemplar tres saeteras que fueron del primer piso. El segundo piso guarda los principios de las bóvedas así como restos de pilares que lo separaban en dos naves y tres vanos. Del tercer estamento sólo tenemos algunos vestigios de los muros laterales y señales de las tres saeteras que tenía.

En la parte oeste se cree que estuvo enclavado el aljibe, la parte delantera la compondría el foso y estaría culminada por tres torres redondas y dos cuadradas en el lado sur.

El cinturón noroeste si ofrece un aljibe de tres vanos unido a una balsa con dos canalizaciones.

Las murallas del contorno muestran un abandono total salvo la Torre-puerta, una Torre circular, dos de planta cuadrada y maciza y unos pocos fragmentos de las mismas. El espacio restante bien pudo ser una gran plaza de Armas o un espacio habitado del que no quedarían restos.

El Castillo de la Villa se erige sobre un alcor rocoso. En  la época ibero-romana  era la acrópolis de la ciudad de Tucci y en la islámica un castillo fortificado. Con la llegada de la Orden de Calatrava sufre una transformación vital, se levanta una gran Torre del Homenaje y diversas torres y murallas. Estaba incorporado a la Peña a través de murallas de las que se guardan algunos restos y cuya misión era salvaguardar la ciudad que de esta forma quedaba entre las murallas, el castillo y la Peña.

La Torre del Homenaje es la más importante. Situada en la parte más visible de la ciudad es planta cuadrada con tres plantas y un sótano. La planta baja la ocupa un aljibe, las otras dos plantas están revestidas por bóvedas de cañón de sillería y la planta superior cubierta por una bóveda vaída con cùpula y pechinas de ladrillo.

La mencionada torre está abierta al público como “Centro de Interpretación Cultural e Histórico de Martos” como parte integrante del programa de la Ruta de los Castillos y Batallas.

La torre albarrana en su  poniente mantiene señales de una muralla que tal vez se comunicaba con alguna de las demás torres como la del homenaje o almedina.

La torre almedina se construyó en el XIII por los monjes calatravos. Presenta planta cuadrada, bastante dañada si bien aún se pueden distinguir algunos rasgos que soportarían un matacán.

El castillo lo remata la muralla de la que apenas permanecen algunos pedazos o torres como la que sustentan el campanario de la Virgen de la Villa.

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