La tecnología es una de las materias que más avanza con el paso del tiempo y nos oferta productos que años atrás imaginábamos imposibles. Hoy en día es usual ver en cada hogar una impresora de tinta o laser para imprimir en papel documentos, imágenes o gráficos. Pero la tecnología también está llegando a este sector con las impresoras 3D.
Este tipo de aparato es capaz de crear objetos con volumen a través de un modelo tridimensional. El objeto se forma con finas capas de material plástico, resina u otro tipo de material que se colocan unas sobre otras hasta llegar al objeto formado.
Esta máquina comenzó a emplearse para la fabricación de componentes para sectores como la arquitectura o el diseño pero su uso ha avanzado notoriamente en los últimos años. Se dispondrá de este tipo de maquinaria para la fabricación de una gran tipología de objetos, que pueden abarcar desde alimentos hasta prótesis médicas e incluso órganos.
Así se están llevando a cabo diversas investigaciones para que esta tecnología se aplique al día a día y llegue a los hogares como un aparato indispensable. Es el caso de los profesores Oded Shoseyov e Ido Braslavsky de la Universidad Hebrea de Jerusalem, cuya investigación permitiría la impresión de alimentos nutritivos utilizando nanocelulosa, una fibra natural y comestible sin calorías.
En el ámbito de la medicina las impresoras 3D ya han sido empleadas en diversas tareas. Una de ellas ha sido la producción de un medicamento llamado Spritam que es empleado en la epilepsia. Las prótesis también han formado y formarán parte de la historia de las impresoras 3D, desde prótesis dentales hasta brazos ya han sido creados con estos aparatos. Las impresoras 3D han originado un nuevo término que dentro de poco será bastante conocido por todos, la bioimpresión.
Desde Estados Unidos llegaron los primeros tejidos impresos, creados por un grupo de especialistas de medicina regenerativa. Huesos, cartílagos e incluso músculos se añadieron a la lista de los tejidos impresos creados por estos especialistas, tejidos que posteriormente fueron implantados en modelos animales. Dando como resultado que más del 90% de las estructuras regeneraron el tejido, creando su propio sistema vascular.
Las impresoras 3D pueden clasificarse según el método empleado en impresoras de tinta o láser y coexisten una gran cantidad de modelos desde la sinterización láser, la estereolitografía, la compactación o la adición.
Se puede encontrar una gran de diversidad de aparatos de impresión y uno de ellos es MOOZ, una impresora que no solo es una impresora en 3D sino que también es grabador láser y cortadora CNC. Desde diferentes marcas o modelos cada persona puede disponer de la impresora 3D que sea más adecuada a sus necesidades, como son las impresoras mini o de escritorio. La impresión en 3D es un sector que se está adaptando a todo tipo de bolsillos, podemos encontrar aparatos que rondan de los 400 a los 800 euros, en sus versiones más económicas, hasta los 110.000 euros en una de sus versiones más costosas. Este sector nos ofrece un abanico de posibilidades respecto al coste de sus aparatos.
El futuro de las impresoras 3D se predice que será extenso y prometedor, pues como demuestran las investigaciones que se están llevando a cabo, pueden aplicarse a muchas tareas.
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