Continúa la controversia por la mina de wolframio denominada "Mina El Moto" promovida por la empresa Mining Hill's, S.L. en el término municipal de Abenójar (Ciudad Real), según dicen los interesados en la explotación de la mina, prevé crear inicialmente 175 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos.
La realidad constatada en otros casos similares, es que la mano de obra prometida se reduce significativamente, pues esta mano de obra, debe ser cualificada, y en gran medida requeriría cursos de formación que no están contemplados en el proyecto. Este proyecto establece un número de empleos sin determinar claramente la tipología, pareciendo más una previsión optimista, que una realidad técnica.
Minería y especulación suelen ir de la mano en un ingente número de proyectos que finalmente no ven la luz, pero que enriquece a más de un directivo sin escrúpulos que juega con los valores en bolsa de las acciones de su compañía, el dinero de inversores y las ilusiones y esperanza de la gente de la comarca creando así falsas expectativas.
A esto se suma que a día de hoy, La Junta, sigue denegando el expediente, por ello David Llorente, diputado de Podemos, lo ha solicitado vía parlamentaria además de haber cursado "Ecologistas en Acción" una queja vía administrativa.
Todas estas variables cuestionan la viabilidad de el proyecto pues no presenta las características necesarias para asegurar los nulos riesgos que deberían estar garantizados, tanto por razones ecológicas como por salvaguardar la salud pública que es lo realmente preocupante, pues es sabido, que la mina producirá unos efectos evidentes en un territorio donde existen recursos naturales explotables, arrasando con una realidad de calidad ecológica, y pudiéndose lograr un crecimiento más sostenible con desarrollos agrícolas (frutales) coexistiendo con acciones ecoturísticas por ríos, cuevas, e instalando puntos de observación de aves y demás patrimonio faunístico y natural, potenciando así elementos como sendas ecológicas, gastronomía de recursos propios (caza) y áreas de interés cultural del entorno, implicando a su vez mejoras en una biodiversidad que redundaría notablemente en beneficios ecoturísticos para la comarca.
Pero cómo puede ser que, sin decir nada, se digan tantas bobadas? Entre las expresiones típicas de no tener ni puñetera idea tales como "La realidad constatada", "pues es sabido que", "suelen ir de la mano", "valores en bolsa" o "todas estas variables (todas estas variables, aquí expuestas, en tres párrafos)", nos quieren colar que en lo que cabe la mina se pensaba hacer una especie de Jardín del Edén para atraer al ecoturismo y así poder vivir de la contemplación de las flores, que sin duda nos traería menos preocupaciones, deslizando con sutileza moral la idea de que ese pedacito de tierra del que se van a extraer recursos esenciales (infórmense) habría estado mejor aprovechado bajo la genuina, y bien remunerada, gestión de los Ecologistas in action. Es que es para mear y no echar gota.