Los actuales acogedores de este niño de 2 años y medio solicitan a la administración que paralice el proceso de adopción iniciado y que el menor, ahora en acogimiento temporal, se quede con ellos en acogida permanente para evitar que este tenga que someterse a un cambio de familia (a ellos no les permiten adoptar al ser incompatibles acogida y adopción) y para que, al mismo tiempo, pueda mantener el contacto con su familia biológica. Aseguran que su madre discapacitada, su padre enfermo mental y su abuela paterna, pese a no poder hacerse cargo de él, han mantenido siempre una actitud positiva en las visitas con el pequeño, quien, según defiende su familia de acogida, “no viene de una historia de maltrato. Desde que recibimos al niño en nuestra casa, notamos que había sido muy querido, que no había sido dañado, que en su familia había habido tanto amor como incapacidad”.
El matrimonio compuesto por NSAH y JLSA, que desde enero tienen en acogida temporal a un niño de 2 años y medio en un municipio de Toledo, lamentan hoy su error, pero no desean que el pequeño pague las consecuencias. Según entienden estos acogedores, la equivocación fue la de haber escogido esta tipología de acogimiento pensando que, por muy dura que pudiera ser la despedida, iban a colaborar con una buena causa. Hoy creen que, pese a haber sido muy feliz el niño con ellos durante todo este tiempo, no han participado en una buena obra. El menor ha sido propuesto por la administración a adopción y esto implicará cambio de familia y supresión del contacto con la familia biológica, dos hechos con los que, en este caso, según consideran los acogedores, no se vela por el interés del niño, que además ha generado un fuerte vínculo con ellos. “Siete meses, camino ya de ocho, en la vida de un niño de esa edad es mucho tiempo para crear lazos, estrechados intensamente durante el confinamiento, mucho tiempo para su desarrollo madurativo: llegó a nuestra casa como un bebé y ya lo vemos convertido casi en un hombrecito”.
Durante los últimos meses, han presentado sin éxito varios escritos a la delegación de Bienestar Social, en los que solicitan que la medida propuesta sea la de acogida permanente para que se quede en su hogar y no tenga que cambiar de familia (ellos no pueden adoptar al no permitírseles estar en la bolsa de acogida y adopción al mismo tiempo), además de poder seguir manteniendo las visitas con su madre discapacitada, su padre enfermo mental y su abuela paterna, que pese a no poder hacerse cargo del pequeño, han demostrado una muy positiva actitud. “No ha existido una historia de maltrato. Desde que recibimos al niño en nuestra casa, notamos que había sido muy querido, que no había sido dañado, que en su familia había habido tanto amor como incapacidad y que esa incapacidad se había solventado con la permanencia del niño en un centro con su madre rodeado de ayuda profesional hasta que llegamos nosotros para que pudiera vivir en familia. Con lo cual, la injusticia que vemos es tremenda. Nosotros seguimos rezando hasta el último momento y luchando lo que podemos porque sabemos que para Dios nada hay imposible, al tiempo que sentimos una gran impotencia de ver lo complicada que es esta batalla”, cuenta la madre acogedora en una publicación de su muro de Facebook, compartida por numerosas personas.
El cambio de familia se presume inminente, este martes los acogedores reciben en casa la visita del técnico de menores presumiblemente para explicarles cómo serán las visitas de acoplamiento. “No sabemos fecha, pero nos tememos que en cuestión de días comenzarán esas visitas, nos dijeron que sería en este mes y la intención era que a ser posible duraran una semana, que después de ver el niño durante varias tardes a los nuevos padres adoptivos, se iría ya a vivir con ellos. Esperemos que ese momento no llegue. Nosotros seguimos insistiendo, que por favor la administración se replantee el caso y si no, al menos que de manera urgente pare este proceso hasta que un juez decida, por respeto también a la nueva familia adoptiva y, sobre todo, al niño, pues precisamente lo que buscamos es que este no ande saltando de acá para allá”.
Y es que, si bien la familia de acogida sigue prefiriendo que todo se resuelva por la vía administrativa, tras sentir reiteradamente que la administración “es como un muro”, no descarta optar por la vía judicial en favor de lo que considera una causa justa. “Hemos pensado en parar por temor a represalias, por si después nos lo ponen difícil si queremos hacer otra acogida permanente o adopción, algo que nos gustaría incluso si nos quedamos con este niño, pero no tenemos por qué actuar en base a ningún miedo, cuando en todo momento hemos ido de buenas y solo hemos defendido lo que creemos justo. Con los trabajadores de la administración tenemos que decir que el trato ha sido también siempre muy correcto en todo momento, aunque no estemos de acuerdo para nada con su decisión”.
Los acogedores insisten en que ni es positivo el cambio de familia ni el privar al niño del contacto con sus familiares biológicos. “También hay un informe de una neuropediatra que desaconseja más cambios de familia para este niño, en la asociación de padres adoptivos PETALES alertan sobre los negativos efectos de romper el vínculo con los referentes en niños de 0 a 3 años y hasta en la guardería te dicen que cuando les dejas un rato sienten abandono. ¿Qué va a sentir por nuestra parte este niño cuando ya no esté más con nosotros por mucho que superficialmente se adapte? ¿Que los que dicen que te quieren mucho después te dejan? Esta mañana al levantarnos él nos ha dado un abrazo a los dos, esperemos que sepa siempre que nuestro amor es recíproco y sincero”.
La familia de acogida piensa que el fundamental criterio que se ha tenido en cuenta para proponer al niño a adopción ha sido su corta edad, pues conocen otros casos en los que, dentro de un mismo grupo de hermanos, los más pequeños han sido adoptados y los más mayores han ido a acogida permanente, manteniendo solo los últimos el contacto con la familia biológica. “Esto nos parece injusto, en un principio creíamos que muy grave tendría que ser la cosa para que suprimieran a un niño las visitas con sus familiares biológicos y le mandaran a adopción porque sabemos que hay casos de maltrato activo donde se mantienen las visitas. Por eso creíamos que por la incapacidad de los padres de nuestro niño, pese al imposible retorno con ellos, no se les negarían las visitas, por ello desde el principio pensamos que esta acogida temporal evolucionaría en una permanente pero para nuestra sorpresa, no ha sido así”.
En la administración les dicen que no es por la discapacidad, que si la madre discapacitada tuviera una familia detrás que la respaldara, este niño no habría llegado ni a estar en acogida. “Esto nos parece doblemente injusto. Si eres una chica discapacitada con un hijo y no puedes hacerte cargo, pero tienes una madre en condiciones que se responsabiliza de él, no pierdes el contacto con tu niño, pero si tienes la mala suerte de caer en una mala familia, de haber vivido desde pequeña en centros, de que tus padres no se hayan preocupado de ti, para más INRI, te quitan el contacto con lo único que tienes, que es tu hijo, de por vida. No es justo que ni el niño ni su madre paguen por esa mala familia”.
Otro de los criterios por los que se rige la administración para proponer la adopción es que la considera una medida más estable para el menor que una acogida permanente. Los acogedores estarían dispuestos a adoptar y a que se mantuviera la relación del niño con la familia biológica, pero ni a ellos se lo permiten al estar en la bolsa de acogida y no en la de adopción, ni se están dictando adopciones abiertas (estas permiten mantener el contacto con la familia biológica) en Castilla-La Mancha para padres (sí entre hermanos), aunque es una posibilidad que existe porque la ley de adopción abierta es para todo el territorio nacional. “Esta opción la veríamos más justa, aunque no fuéramos nosotros los padres adoptivos, porque al menos el niño seguiría en contacto con la familia biológica, pero nos tememos que tampoco van por ahí los tiros. Además, seguiría sin abogarse por una estabilidad porque el niño tendría que cambiar de familia. Sabemos que para acogidas permanentes la administración puede solicitar a un juez que otorgue más facultades a los acogedores para facilitar el desarrollo de una crianza estable y nosotros estaríamos dispuestos a firmar cualquier compromiso que pudiera firmarse para garantizar que vamos a estar siempre al lado de este niño. La adopción queda muy bonita en el papel, pero no deja de ser eso, un papel, todos hemos oído casos de niños adoptados que tristemente son devueltos”.
El camino es arduo, a fecha de hoy la familia de acogida no dispone de una resolución de adopción para poder reclamar judicialmente al no figurar, como sí figura la familia biológica, como parte implicada en el proceso, un reconocimiento por el que están luchando en favor del bien del menor. Al parecer, esa resolución se entrega a los padres biológicos en el último momento y el plazo para efectuar su reclamación comienza cuando el niño está viviendo ya con la nueva familia adoptiva en la modalidad de “acogimiento preadoptivo”. “Para entonces, ya es tarde si se quiere evitar que el niño ande cambiando de familia”.
Saben que la batalla es difícil, pero hasta el último minuto, están haciendo todo lo que está en su mano junto con una abogada que tampoco se da por vencida, y rezando mucho a Dios. Están valorando igualmente si llevar también el caso a la plataforma “change.org” “y pedimos difusión para que esto se conozca, por si cae en manos de alguien que pueda contribuir a que se haga justicia con el niño, para que no tenga que someterse a un cambio de familia que vemos innecesario y para que continúe la relación con su familia biológica”.
Os recomiendo escribir al defensor del pueblo. Suele actuar de manera bastante eficaz y es competente en temas de protección de menores, para pediir cuentas a la administración