José Manuel González de la Aleja Sánchez-Camacho | Abogado
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Más allá de la transición energética. La esperanza y la belleza vencen al tiempo

Más allá de la transición energética. La esperanza y la belleza vencen al tiempo
Jose Manuel González de la Aleja Sánchez-Camacho

“Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día”. Ernesto Sábato. Ensayista, novelista, físico y pintor argentino (1911-2011).

            Hace unos días disfrutaba con mi familia y unos buenos amigos del calor de la leña encendida y su compañía. Entre picoteo y trago surgieron los temas de conversación habituales: la salud, la pandemia, en mis tiempos esto era tal…, que vaya con el precio de la luz…; vamos, que nos pusimos a arreglar el mundo.

            Al paso, recordé que este mes de octubre de 2021 se publicó el World Energy Outlook (previsión de la energía mundial), en el que se destaca que tras la pandemia el enfoque sobre el consumo de energía está dando un cambio importante, procurando dar más apoyo a las energías renovables, destacando la eólica y la fotovoltaica, creciendo con fuerza las ventas de vehículos eléctricos. Aunque con un repunte en nuestro actual año del uso del carbón y el petróleo, registrando el segundo mayor incremento anual de la historia en emisiones de CO2. Como factores de este hecho, la aún escasa inversión en energías renovables y las dificultades de las economías en desarrollo que aún tienen una situación difícil de salud pública. Todo esto supone que el horizonte fijado de Cero Emisiones Netas para 2050 aún sea difícil de visualizar. (Net Zero Emissions by 2050 Scenario).

            El objetivo primordial consiste en estabilizar el aumento de la temperatura mundial en 1,5º C y la consecución de otros objetivos de desarrollo sostenible. Teniendo un fuerte peso el sector energético en el aumento de la temperatura mundial, y por tanto, uno de los principales factores a corregir en el futuro para evitar el aumento desmedido de la temperatura del globo.

En la 26ª Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, donde los países se reúnen para debatir y llegar a objetivos que puedan paliar el calentamiento global, la Unión Europea (en adelante UE) está planteando una serie de medidas que buscan que de manera colectiva se cumpla de la forma más eficaz posible la reducción de las emisiones de CO2, entre las que se encuentran: el objetivo de que al menos el 27% de la energía consumida en la UE en 2030 sea renovable; el Consejo Europeo destaca la necesidad de crear un mercando interno de la energía que permita no depender de la producida por terceros países fomentando la ejecución de proyectos de interés común, incluidos los identificados en la estrategia europea de seguridad energética, que unen en particular, los Estados bálticos, España y Portugal.

            Situándonos en España, en su Plan Energético Nacional se marcan las líneas de actuación mediante cuatro programas que pretenden evitar el impacto ambiental de los procesos energéticos y el efecto invernadero, y así surge el Plan de Ahorro y Eficiencia Energética (PAEE):

  • Programa de Ahorro: cuyo objetivo es reducir el consumo de energía final sin afectar los niveles de actividad económica.
  • Programa de sustitución: cuyo objetivo es el aumento de la utilización del gas natural, sustituyendo productos petrolíferos y carbón. Centrando las principales actuaciones de este programa en la industria.
  • Programa de Congeneración: con el objetivo de fomentar el aprovechamiento del calor residual y la generación eléctrica en ciclo combinado con gas natural.
  • Programa de energías renovables: que contempla una potenciación del uso de las mismas, tanto para el uso térmico, como para la producción de energía eléctrica.

Dentro de estas hojas de ruta de buenos propósitos y de cooperación entre países, la actualidad nos marca un escenario de grandes retos en el ámbito de la energía, y es que en nuestro contexto europeo es noticia que en este campo haya una gran dependencia de las importaciones, los precios volátiles y elevados de la energía, la creciente demanda mundial de energía, los riegos de seguridad que afectan a países productores y de tránsito, las amenazas del cambio climático, los lentos progresos realizados en materia de eficiencia energética, así como los desafíos que plantea el aumento de la cuota de las energías renovables. Las medidas en materia energética de la Unión Europea están enfocadas en lograr un mercado de la energía integrado, la seguridad del suministro energético y la sostenibilidad del sector energético. Todos estos puntos tienen como base el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que regula: la seguridad del abastecimiento energético, las redes energéticas, el mercado interior de la energía, la política exterior de la energía; a parte del Protocolo nº 37 que explica las consecuencias financieras de la expiración del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en 2002, y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica.

            Después de este breve repaso a las iniciativas que nuestros representantes más cercanos están poniendo encima de la mesa para paliar el cambio climático, a un ciudadano de a pie como el que escribe, sólo le queda esperar que la consciencia y la razón sobre el desafío del calentamiento global sean las protagonistas, cuidando a nivel personal del medio ambiente y disfrutando de la evolución de un sistema energético y socio-cultural que nos posicione en sintonía con el planeta, dejando una herencia limpia a las futuras generaciones..., ¿Y pensar que esto se me ocurrió delante de una chimenea? Madre mía…

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