José Manuel González de la Aleja Sánchez-Camacho | Abogado
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Inteligencia artificial en el trabajo ¡volveré!

Inteligencia artificial en el trsabajo ¡volveré!
Jose Manuel González de la Aleja Sánchez-Camacho

Después de nuestras vacaciones, sacamos a colación un tema de inminente actualidad, ya que, aunque no seamos tan conscientes de los cambios que va a suponer a futuro el desarrollo de la inteligencia artificial (en adelante IA); si se trata de una cuestión que va a cambiar enormemente nuestras vidas, y sobretodo, en este artículo trataremos la situación tal y como se encuentra en nuestro ámbito nacional y europeo.

Ya hemos visto por creación artística tales como la pintura, escultura y como no, el cine; representaciones de las posibilidades que otorga la inteligencia artificial; en ocasiones destructivas y en otras emotivas, aunque se trate de pura ficción.

La humanidad ha venido desarrollando la técnica (uso de herramientas, instrumentos, métodos, etc.) a lo largo de milenios, llegando a crear en ciertos momentos de la historia inventos que revolucionaron la vida en todos sus aspectos, tales como la rueda con una antigüedad aproximada de 5.000 años. Y si seguimos, podemos hablar del arado, la pólvora, la imprenta, la máquina de vapor, la penicilina, el transistor, y algunos más que se quedan en el tintero.

Muy recientemente, ya en nuestro milenio, la invención de internet ofrece unas posibilidades de conexión entre la humanidad nunca vistas, a través del intercambio de información en segundos. Y parece ser, que la próxima revolución tecnológica y que quizás lleve aparejada una importantísima revolución industrial, será la creación de la IA artificial a unos niveles, que tal vez, superen la del propio ser humano; conllevando el desplazamiento en ciertas labores que hasta el día de hoy realizamos cualquiera de nosotros, tanto en nuestro hogar, trabajo o cualquier otro ámbito de nuestra vida.

Hoy día, muchos países, e incluso la propia Unión Europea (en adelante UE), muestran su inquietud por el desarrollo de la inteligencia artificial, debido a que como comentábamos antes va a tener mucha repercusión en aspectos vitales de nuestra sociedad; y que pueden llegar a cambiar radicalmente la forma en la que se articula nuestro Estado del Bienestar.

Uno de los temores principales que tienen los ciudadanos con el desarrollo de esta tecnología se circunscribe en la posible pérdida de puestos de trabajo. Cierto es que los trabajos que requieren menos cualificación, de procesos más mecánicos; son los primeros que tienden a desaparecer; aunque según dicen los expertos en esta materia habrá que ver en un futuro de qué forma afecta a los más cualificados, porque tampoco se sabe a ciencia cierta, hasta donde puede llegar la inteligencia artificial.

empleos.jpgDe todas formas, el desarrollo de esta técnica también supone la creación de nuevos empleos. Como ejemplo, Singapur tiene un paro del 2,5%, Japón del 3%, Alemania del 3,5% y en el caso de Suecia el 6%. En estos países la inversión en robótica está aumentando considerablemente y a la vez, supone por una parte la destrucción de empleos, aunque como consecuencia posibilita la creación de nuevos trabajos enmarcados en la innovación de esta tecnología.

Otro aspecto muy a destacar en nuestra sociedad y que plantea una de las cuestiones más importantes y a la vez problemáticas, es la siguiente: ¿qué ocurrirá con la Seguridad Social, si las máquinas terminan sustituyendo a los seres humanos en el trabajo?

El sistema actual de Seguridad Social español se basa en el reparto solidario. Mediante este, los trabajadores actuales sostienen las pensiones de los trabajadores retirados (jubilación, incapacidades, etc.) de tal forma que tiene que haber un número mínimo de trabajadores para poder sostener las pensiones. De esta forma, existe un equilibrio, que en los últimos años está resultando muy cuestionado por diferentes factores; tales como el elevado desempleo (en la actualidad en España el 16%), el envejecimiento generacional que va a terminar por invertir la demografía, con un reemplazo generacional menor al necesario.

Por ello, el desarrollo de la IA puede suponer si se lleva a cabo de forma sostenible, la solución a la situación comentada anteriormente. Por el propio Parlamento Europeo se dictó una resolución a fecha 16 de febrero de 2017, con recomendaciones destinadas a la Comisión Europea sobre normas de Derecho Civil sobre robótica. Para los amantes de la ciencia ficción, aunque pueda resultar curioso; se ven ciertos reflejos de la filosofía de Isaac Asimov (escritor y profesor de bioquímica de EE.UU, comúnmente conocido por algunas novelas que han sido llevadas al cine como "Yo, robot").

sintc3adtulo-1copia.jpgLa UE, encamina estas recomendaciones de tal forma que vaticinan una nueva revolución industrial, en una nueva era de robots, bots, androides y otras formas de inteligencia artificial. Para ello, una de las primeras cosas que se solicitan es la creación de una definición europea común de robots autónomos; llevar a cabo el registro de los robots que se encuentran en circulación, la responsabilidad civil (por los daños que puedan ocasionar), ¿quién es el responsable, el dueño humano o la máquina?. Además de planteamientos referentes a la propiedad intelectual de estas máquinas y algo muy sorprendente como es la creación de una carta sobre robótica, con la finalidad de desarrollar un código ético con el fin de cumplir con los principios éticos fundamentales en este campo. También, que dicha ética se traslade a los ingenieros en robótica y como principios (volviendo a las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov), los siguientes:

a) Los robots deben actuar en beneficio del hombre (beneficencia)

b) Los robots no deberían perjudicar a las personas (no perjuicio)

c) La capacidad de tomar una decisión con consentimiento de causa e independiente sobre los términos de interacción con los robots (autonomía)

d) La distribución justa de los beneficios asociados a la robótica, robots utilizados en el ámbito sanitario y en particular en la asistencia sanitaria a domicilio (justicia).

Además de los principios que debe cumplir el desarrollo de esta tecnología, nos encontramos con el respeto a los derechos fundamentales, tales como: vida, honor, libertad, dignidad, etc. Puesto que corresponde dejar claro ciertos fundamentos a efectos de que se integre la IA en nuestra sociedad de forma sostenible.

Y por último, destacamos el planteamiento por parte de la UE de la creación de licencias, tanto para los diseñadores como para los usuarios de esta tecnología.

Supone en definitiva una auténtica revolución que no ha hecho nada más que dar los primeros pasos y que debe ser regulada de forma sostenible a efectos de poder mantener el Estado de Bienestar en su conjunto de Derechos y garantías, con la finalidad de obtener una sociedad adaptada a los cambios que no conlleve la desigualdad social y con lo que ello supone; como la discriminación, la falta de oportunidades, vulneración de derechos, etc. Así pues, una vez de vuelta de vacaciones, vamos "manos a la obra".

"Algunas personas tememos que la inteligencia artificial nos haga sentir inferiores, pero entonces cualquiera de nosotros tendría que sentir complejo de inferioridad al mirar una flor" Alan Kay (17 de mayo de 1940) informático estadounidense.

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