José Manuel González de la Aleja Sánchez-Camacho | Abogado
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¡Cámbiame!, gasoil o gasolina

Jose Manuel González de la Aleja Sánchez-Camacho

No hace muchos años, nos dimos cuenta de que el petróleo como materia prima esencial para el abastecimiento energético se iba a acabar en unas décadas. Como consecuencia, no son pocas las iniciativas que van encaminando la obtención de energía a través de las renovables para que paulatinamente se consiga una sostenibilidad absoluta en el desarrollo de la vida humana y del planeta.

A día de hoy existe una gran polémica sobre los combustibles fósiles. No solamente en relación al uso de los mismos en cuanto a las consecuencias medioambientales que provocan. Sino también, porque en el actual mercado hay una gran disputa por ver cuál de ellos se convierte en el más utilizado.

A nivel mundial se toman ciertas medidas restrictivas para evitar el exceso de contaminación. En este ámbito, comúnmente conocido nos resulta el Protocolo de Kioto, dicho acuerdo tiene como objetivo principal reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y de manera más cercana, la Unión Europea se encarga de determinar el techo de emisión de gases de cada Estado Miembro entre los que se encuentra España, imponiendo a los mismos la obligación de adaptarse a un límite máximo para evitar y favorecer a futuro que la contaminación vaya disminuyendo con el paso de los años.

Con el tiempo todo cambia, así pues, el mayor reflejo directo de este tipo de medidas que recientemente se han llevado a cabo en nuestro país por parte de algunas ciudades de gran tamaño como Madrid y Barcelona, ha sido establecer una especie de vetos para evitar la polución de las ciudades, impidiendo la circulación de vehículos antiguos tanto diesel como gasolina por el centro de las mismas.

Conforme a lo anterior, nos hemos encontrado de actualidad con la primera decisión de un tribunal alemán por la que se concede la posibilidad de prohibir a las ciudades del país germano el acceso a las mismas de los vehículos que emplean el combustible diesel.

La causa principal es la alta contaminación que provoca el diesel en comparación con la gasolina y el resto de combustibles. Ahora bien, esta decisión la pueden tomar las ciudades alemanas siempre que se respete la debida proporcionalidad. A la vez, se prevé que la medida no afecte a ciertos colectivos como serían los servicios de emergencias y aquellas personas que desarrollen trabajos manuales; entendiendo que el uso del vehículo es vital para este tipo de labores.

En definitiva, por la industria alemana no ha sido recibida la sentencia con total agrado, ya que si se llevara a cabo supondría afrontar un cambio considerable en la forma de estructurar el sector automovilístico, siendo este el principal exportador del país. Nos serviría como ejemplo del conflicto de intereses que existe entre la industria actual y la conservación del planeta habitable.

Con ello no queremos decir que el problema sea exclusivo del desarrollo humano, ya que las decisiones sobre esta materia implica tocar ciertas piezas en nuestra sociedad extremadamente delicadas, tales como el empleo, el desarrollo y por supuesto, las comodidades a las que estamos tan bien acostumbrados.

 Quizá por ello debamos buscar el punto de equilibrio en la adaptación del ser humano a esta realidad tan palpable como es la contaminación y las consecuencias de la misma, con el desarrollo progresivo de una vida más sostenida con la balanza del planeta.

Este tipo de decisiones nos empiezan a enmarcar el camino de futuro en la producción de energía. La evolución en estas áreas nos ha traído como resultado el uso de nuevas fuentes de energía, tales como derivados del petróleo menos contaminantes y por supuesto, la aplicación al sector automovilístico de los motores eléctricos.

Esperamos que en el caso de los vehículos a motor, sean las energías renovables las predominantes en este sector con el paso de los años. Porque aunque nos resulte raro o difícil de aplicar, los seres humanos también somos parte en este planeta, que aunque no lo hayamos “parido” por así decirlo; es al menos nuestro deber conservarlo y ofrecerles a las futuras generaciones un lugar habitable. Vista la decisión del tribunal alemán, ya nos conocemos el refrán: “si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.

“La naturaleza es un espectáculo que se desarrolla frente al hombre” Aristóteles (384 a.C. - 322 a. C.) filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia.

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