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10 años sin casa ni piso

Mi nombre es Gregoria Romero, y quisiera denunciar la situación de indefensión, impotencia, además de ruina, en la que tras 10 años de sufrimiento, han quedado mis padres, desde que en 2005, y tras la firma de escritura pública ante Notario, cedieran su vivienda habitual (único patrimonio del que disponían) a un promotor, a cambio de una nueva + trastero y cochera, de las que posteriormente se han construido en el suelo que un día fue suyo, sito en Calle Melilla, esquina con carretera de Fuensanta, en Ciudad Real. 

Tras varios años de problemas y retrasos, el promotor entró en concurso de acreedores, y aunque terminada la obra, no pudo ser entregada hasta la liquidación del mismo. Una vez más la justicia ha decidido mediante sentencia firme, primero desde el Juzgado de 1ª Instancia y después desde la Audiencia Provincial, favorecer a los bancos en detrimento del ciudadano de a pie, ya que al constituir el crédito hipotecario entre el banco y el promotor, se hizo sobre la totalidad de la finca, dejando para momento posterior la distribución de responsabilidades hipotecarias, a través de un documento que aunque aparece y fue reconocido por ambas partes, nunca llegó a firmarse por ninguna de ellas, por lo que no ha sido considerada como prueba documental.

La única alternativa ofrecida por el banco es negociar la re-compra de su vivienda por un precio "razonable", JA!!, con que van a pagarla ahora, si con la única pensión de mi padre no les llega ni para el alquiler?.

Tampoco ha sido tenida en cuenta por nadie, la Ley 38/1999 de Ordenación de la Edificación, la cual obliga al promotor de la vivienda a cubrir mediante un seguro, la percepción de las cantidades entregadas a cuenta de la nueva edificación, tanto si son en efectivo o mediante cualquier efecto cambiario (la casa). Finalmente, también han tenido que sufrir en propias carnes, ver como algunas de esas viviendas nuevas han sido ocupadas ilegalmente por familias y aunque denunciado el hecho, ahí siguen. 

Mis padres no pueden acogerse a la PAH, porque no tienen hipoteca impagada, ni a la de Desahucios, porque no deben nada a nadie.¿A qué o a quienes pueden recurrir tras el ROBO tan descarado que han sufrido?.

¿Qué mas tienen que aguantar?, personas honradas y trabajadoras toda su vida, que con su afán de ahorro diario y con mucho esfuerzo, fueron mejorando su vivienda poco a poco y sin deber nada a nadie. Y ahora ya jubilados con mas de 75 años cada uno, y sin más ocupación diaria que darle a la cabeza y maldecir el día que, con la única intención de mejorar su calidad de vida, adecuando el espacio del que disponían a sus actuales necesidades, decidieron vender la casa a cambio de algo mas recogidito, eso sí, siempre pensando en terminar sus días en el mismo lugar en el que la iniciaron tras casarse, y junto a sus mismos vecinos, con los que llevaban conviviendo hasta entonces 42 años.

Es preciso dar a conocer tan tremenda injusticia y exigir que el sentido común y la buena fe vuelva a cada uno de nosotros. Esta familia no puede cruzarse de brazos y resignarse a morir en la miseria, necesita una solución y la necesita ya, porque el tiempo transcurrido y su salud juegan en su contra. 

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