Cerca del pie de la Mesa de Ocaña y a 73 km de la capital se encuentra en un llano el municipio de Lillo. Existen en este bello pueblo toledano varias lagunas que contribuyen al crecimiento de su variada flora y que otorgan un gran belleza al pueblo. Conserva el origen romano en la cuadrícula que delimita su centro donde se enclava su edificio más importante, la iglesia de San Martín Obispo, de estilo gótico tardío y renacentista.
Encontraremos esta bella iglesia, con más de cinco siglos de antigüedad, en la Plaza Mayor del pueblo. Se divide en tres naves de cinco tramos y cuenta con seis capillas patrocinadas por las familias nobles del municipio, que les sirvieron también de enterramiento. Estas capillas están decoradas con hermosa rejería gótica y plateresca. En el interior del templo tampoco puede dejar de admirar su impresionante coro, de estilo renacentista, obra del maestro Covarrubias, con balaustrada; y fuera no es menos destacable su majestuosa torre de líneas puras.
También dentro de la Plaza Mayor encontraremos la Casa Grande, con unos balcones dignos de admiración. Si seguimos paseando por el pueblo podremos admirar el rollo y el Convento de los Franciscanos. Y si el paseo es un poco más largo a las afueras encontraremos la ermita de San Antón y la de la Virgen de la Esperanza.
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